La polémica desatada con los países vecinos a raíz de las restricciones impuestas en la última semana por Argentina a las importaciones industriales podría llegar a la mesa de reunión entre el presidente uruguayo, José Mujica, y Cristina Fernández prevista de antemano para el próximo jueves. El Ministerio de Industria uruguayo cuantificó en más de 100 millones de dólares el impacto que podría tener la medida argentina sobre las exportaciones de su país, mientras que la titular de la misma cartera en Argentina, Débora Giorgi, lo desestimó, señalando que el vecino oriental no será afectado. La ministra se reunirá con su colega uruguayo, Roberto Kreimerman, buscando aclarar el asunto antes del encuentro de los presidentes.

La medida que adoptó Argentina en defensa de su mercado interno, ampliando de 400 a 600 la lista de productos que requerirán licencia previa para ser importados, despertó reacciones en contra del otro lado del Río de la Plata. El viernes último, el titular de la Cámara de Industrias de Uruguay, Washington Burghi, señaló que los empresarios de su país aguardaban la intervención de las autoridades en el tema, reclamando explicaciones al gobierno argentino. “Medidas como éstas le quitan respeto, confiabilidad y certeza jurídica al Tratado del Mercosur”, exclamó. “Hay tiempos de evaluación y también otros para actuar, y creo que llegó el momento de actuar porque Brasil, como país poderoso, consigue prebendas que los uruguayos no tenemos”, afirmó en referencia a las negociaciones bilaterales entre Argentina y ese país.

Inmediatamente, el Ministerio de Industria de Uruguay se hizo eco de esos reclamos y difundió un informe que cuantifica el perjuicio para la industria uruguaya por la ampliación de las licencias no automáticas en Argentina. “Los productos que más comercializamos en esos nuevos rubros (incorporados a la restricción) son vehículos y componentes, donde están sobre todo partes y accesorios de automotores, máquinas y material eléctrico, como cables y conductores aislados, papel y cartón y muebles”, indicó el director nacional de Industria uruguayo, Sebastián Torres.

El comentario del dirigente industrial uruguayo respecto de las “prebendas” que recibe Brasil alude al acuerdo alcanzado el viernes entre Giorgi y su par brasileño de Desarrollo, Fernando Pimentel, que tras señalar que hay “cierta inquietud en el sector productivo” de su país por las medidas dispuestas en Argentina, consensuó con la ministra argentina en monitorear el ingreso de productos brasileños al país y que éstos no se vieran demorados por la aplicación de licencias no automáticas. La norma “no afecta las ventas de Brasil a la Argentina en forma alguna”, aseguró Giorgi tras el encuentro.

Ahora Uruguay busca similares garantías. Giorgi tomó contacto telefónico con el ministro Kreimerman el viernes y comprometió un encuentro para esta semana. Por las dudas y para atajar los reclamos de su clase industrial, el gobierno uruguayo ayer publicó en su página de Internet que Mujica podría tratar la cuestión durante su visita a la Argentina, prevista para el jueves próximo, “para intentar conciliar” posiciones.

Giorgi reiteró ayer, en un comunicado, que la decisión de ampliar el listado al que se aplica esta normativa busca vigilar “el ingreso de productos en condiciones de competencia desleal y preservar un millón de puestos de trabajo argentinos”. Las licencias no automáticas no significan una prohibición de importar, pero, en la práctica, suponen una demora de unos 60 días al ingreso de los productos al país.