En junio el Indice de Precios al Consumidor (IPC) que elabora el Indec arrojó un incremento de 0,7 por ciento y acumuló un alza de 4,7 por ciento en el primer semestre del año. Los rubros que más aumentaron fueron indumentaria, que registró un alza del 1,7 por ciento, y los precios de las frutas, que aumentaron 1,6 por ciento. En tanto, equipamiento para el Hogar subió uno por ciento. Por su parte, el rubro alimentos y bebidas, uno de los de mayor peso en la construcción del indice, creció 8,2 por ciento a lo largo de los últimos doce meses. El capítulo correspondiente a Educación, que había encabezado los aumentos durante los meses anteriores, trepó 0,6 por ciento, por debajo del promedio.

“Nosotros no medimos el changuito de los supermercados, la inflación o el costo de vida. El Indec mide los precios de bienes y servicios de 440 variedades”, sostuvo ayer el director técnico del instituto estadístico, Norberto Itzcovich, en un intento por esclarecer la situación alrededor del IPC. El indicador que difunden los partidos de la oposición –UCR, PRO, Peronismo Federal y Coalición Cívica– mostró un aumento del 1,52 por ciento en junio. Se trata de un índice que resulta de promediar los datos que elaboran ocho consultoras privadas cuyo nombre y la metodología que utilizan se desconoce.

En tanto, el precio de los bienes que componen la Canasta Básica Alimentaria (CBA) registró un de 0,44 por ciento en junio y acumula un aumento del 11 por ciento en el último año, impulsado por las subas de precios en frutas y verduras. Así, el mes pasado, una pareja con dos hijos de 8 y 5 años requirió, según el Indec, de 596,14 pesos para no caer en la indigencia. Por su parte, la Canasta Básica Total (CBT), referencia utilizada para establecer la línea de pobreza, evidenció un aumento del 0,56 por ciento en junio contra mayo y de 12,8 por ciento interanual. Una familia con dos chicos necesitó 1314 pesos para adquirir la CBT y así estar considerada con un nivel de ingresos superior al umbral de pobreza.