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La tonelada de soja llegó a tocar los 550 dólares, cercano al record anual de 553,2 del 30 de abril, aunque finalmente terminó cerrando a 540,5. El precio se mantuvo prácticamente sin cambios en el mercado de Chicago. En lo que va del mes los precios ya se incrementaron 9,4 por ciento, lo que tendrá buenas repercusiones a poco de finalizar la cosecha. Durante la jornada, la soja se negoció con fuertes alzas, continuando la tendencia de los últimos días. La perspectiva de aumentos, especulan en el mercado, podría impulsar la cotización al record alcanzado en el 2008, cuando el 17 de julio la soja cotizó a 558,9 dólares.

El aumentó del precio se debe a las condiciones climáticas atípicas que está sufriendo Estados Unidos en sus zonas de producción, lo que genera una baja en las perspectivas de la cosecha en los principales granos, como la soja, el maíz y el trigo. El clima es muy seco para esta época del año, y a pesar que en estos días cayeron algunas lluvias se espera que éstas se incrementen demasiado y que la temperatura caiga abruptamente, lo que también ocasionaría problemas.

Por el peso que tiene la producción estadounidense en el mercado internacional, las malas previsiones están constantemente aumentando el precio en estas semanas. Los analistas del Departamento de Agricultura estadounidense consideraron en su informe semanal que al 24 de junio el 53 por ciento de los cultivos de soja son considerados buenos y excelentes, una baja del 3 por ciento comparado a la semana anterior y del 12 por ciento en comparación con la estimación de la cosecha del año anterior. A cada baja de las perspectivas en la calidad de la cosecha se registran subas en los mercados.

Este año se estima que la cosecha local alcanzará las 40 millones de toneladas, que, con respecto a la temporada anterior, refleja un recorte de 9,3 millones, debido a la sequía. La baja de las cantidades producidas será compensada en las cuentas de los productores, en parte, por el aumento de los precios, que son superiores a los del año pasado.