La actividad industrial cayó en julio 1,8 por ciento con relación a igual mes del año anterior. Es la cuarta caída consecutiva que registra el Indec. El desempeño en lo que va del año, que muestra una merma de 1,2 por ciento, pero en especial el de julio, reflejan una heterogeneidad en la dinámica industrial. El mes pasado mostraron una baja interanual pronunciada la siderurgia, en especial el acero crudo por la liquidación de stocks, y en menor medida autos, la metalmecánica y edición e impresión. En cambio, alimentos y bebidas, tabaco, textil, papel y cartón, refinación de petróleo, productos químicos, caucho y plástico y los insumos de los construcción crecieron. Un dato positivo es que la industria subió 1,4 por ciento en relación con junio.

El desempeño negativo que la industria muestra en el año, coinciden analistas, responde a una serie de factores. Uno de los principales es el estancamiento del mercado brasileño, que afecta sensiblemente la producción de las automotrices instaladas en el país. La caída de enero a julio de parte de las terminales es de 12,4 por ciento. Esta dinámica afecta un segmento de la industria metalmecánica, que sólo avanzó 0,2 por ciento en el año, en particular a los autopartistas. Los empresarios metalúrgicos que exportan también tienen complicaciones con el aumento de los costos en dólares. El sector automotor, además, tiene vínculo con la siderurgia, productora de las chapas, cuya producción bajó en el año 5,3 por ciento por caídas en acero crudo y aluminio primario. Asimismo, el sector siderúrgico depende de la construcción, afectada por la incertidumbre que durante varios meses dominó al mercado cambiario y por las dificultades que acarrea la pesificación de las operaciones.

Sin embargo, el resto de la manufactura muestra mejores datos. La industria alimenticia creció 2,8 en el año, similar a papel y cartón (2,4), edición e impresión (3,2), sustancias y productos químicos (5,2), caucho y plástico (0,9) y minerales no metálicos (3,4 por ciento). Más débil se mostró el sector textil (-0,1) y refinación de petróleo (-1,1).

El desempeño de julio amplifica esa heterogeneidad de la dinámica industrial. De todos modos, se observan ciertas particularidades. Por un lado, el sector automotor recortó su tasa de caída en relación con los valores que venía mostrando, aunque en todos los casos es frente a 2011, record histórico de producción. Desde abril, las bajas interanuales de la industria automotriz fueron 23,1 por ciento, 21,2 y 30,9 por ciento. La caída en julio fue de sólo 2,6 por ciento, debido a cierta reactivación de la demanda brasileña, que se espera que continúe mejorando.

Por otro lado, Siderar y Acindar, del sector siderúrgico, optaron por deshacerse del stock acumulado por menores ventas que el año pasado y realizar paradas técnicas para retomar la producción de cara a un segundo semestre que esperan más pujante. La producción de acero crudo bajó 30,6 por ciento y la de aluminio, 3,7 por ciento. También cayó la industria metalmecánica 3,1 por ciento, al igual que edición e impresión.

Una situación peculiar se verifica en el sector de insumos a la construcción. El campo cambiario y la desaceleración de la obra pública hicieron que los productos para las grandes obras, como cemento y vidrio, mostraran caídas de 2,3 y 3,7 por ciento, respectivamente, en el mes. Sin embargo, otros materiales de la construcción, como cerámicos, griferías, cañerías o elementos de carpintería, subieron 9,6 por ciento. “La dificultad para ingresar en nuevos proyectos hace que la gente invierta el dinero en refacciones en su casa”, explican desde el sector.

Rendimiento positivo mostró la industria alimenticia, que subió 2,6 por ciento traccionada por carnes rojas y blancas. El sector textil, en tanto, avanzó 10,8 por ciento impulsado por tejidos e hilados de algodón, mientras que la refinación de petróleo creció 2 por ciento.