ECONOMíA › LAS ESCRITURACIONES EN LA CIUDAD CAYERON 43,5 POR CIENTO EN NOVIEMBRE

El control de cambios impacta en los ladrillos

La firma de escrituras inmobiliarias en la ciudad de Buenos Aires mostró en noviembre una caída de 43,5 por ciento en relación con el mismo mes del año pasado, según datos del Colegio de Escribanos porteño. Fueron 3466 operaciones de compra-venta de viviendas, el peor registro de los últimos quince años. El valor total comercializado fue de 1561,3 millones de pesos, que supone una baja anual similar a la que evidenció la cantidad de actos escriturales. En el acumulado hasta noviembre la cantidad de escrituras cayó 27 por ciento, siendo también el menor registro desde 1998, advierte el informe de la entidad que agrupa a los escribanos.

El deterioro se concentra en la transacción de viviendas usadas y no tanto en los nuevos emprendimientos. De hecho, la construcción bajó 2,7 por ciento, mucho menos que el sector inmobiliario. La comparación frente a años anteriores sirve como termómetro de la actividad inmobiliaria, aunque no para evaluar el ritmo ni el nivel de la economía local. Sobre el final de la crisis del modelo de convertibilidad, por ejemplo, las operaciones no decayeron tanto por el histórico refugio inversor del “ladrillo”. De ese modo, la cantidad de escrituras firmadas en los once primeros meses de los fatídicos 2001 y 2002 fue de 50.415 y 49.818, respectivamente, por encima del registro de 2009 y superior al de 2012, con 42.145 escrituras. La diferencia sí se refleja en los montos involucrados. En 2001 el valor operado fue de 3435 millones de pesos, mientras que este año, 19.377 millones. Parte de este efecto responde al proceso inflacionario y otra parte a una recomposición del mercado.

La actual coyuntura se explica principalmente por las medidas de control cambiario. La imposibilidad de adquirir dólares paralizó las operaciones inmobiliarias, porque los vendedores no aceptan recibir pesos. La dificultad es aguda en el mercado de viviendas usadas. “La medida generó mucha incertidumbre, aunque tenemos la esperanza de que el mercado se adapte y que el propietario se acostumbre a recibir pesos”, indicó a este diario Roberto Arévalo, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina. En cambio, los nuevos emprendimientos, cuyo precio está en general atado al índice de precios de la construcción, no acusan una caída tan profunda. Arévalo explicó que la suba del dólar en el mercado ilegal impacta al alza sobre el precio en pesos de las propiedades, volatilidad que dificulta todavía más la actividad del sector.

Por otro lado, el desempeño inmobiliario es menos negativo en el resto del país. Allí la compra-venta de propiedades en muchos casos ya se realizaba en moneda local, situación razonable desde el punto de vista de los costos, que mayormente están nominados en pesos, como el caso de los materiales y la mano de obra. También tiene relación en la retracción inmobiliaria el impacto de la crisis internacional, el estancamiento industrial de Brasil y la desaceleración económica local.

La cantidad de escrituras mostró una suba de 14,3 por ciento con respecto al mes anterior. El valor promedio de las operaciones fue de 450 mil pesos, que equivale a 93 mil dólares, al tipo de cambio oficial medio de ese mes (4,80 pesos). El precio medio de las viviendas en moneda norteamericana cayó 11,3 por ciento en forma anual. Según la segmentación en función del precio promedio, las operaciones que están en el rango de 250 a 500 mil pesos cayeron de 40 a 36 por ciento del total en relación con el año pasado. En cambio, ganaron participación las transacciones de hasta 150 mil pesos, de 16 al 21 por ciento del total, dicen los escribanos. Arévalo, en cambio, duda de la oferta de propiedades a esos precios. La diferencia puede explicarse por la subdeclaración en las escrituras.

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