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Durante enero hubo una fuerte contracción de las operaciones de compraventa de inmuebles en la provincia de Buenos Aires, al bajar 36,1 por ciento respecto de igual mes de 2012. Asimismo, las transacciones retrocedieron 38,3 por ciento, sumando 834 millones de pesos. Un informe del Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires afirma que se registraron 3092 operaciones el mes pasado, cantidad similar a la de 2005, mientras que el monto operado fue similar al de 2009, cuando impactaron los efectos de la crisis financiera internacional. Este comportamiento del sector inmobiliario en el territorio bonaerense va en línea con lo que ocurre en la ciudad de Buenos Aires.

Al hacer un balance de los resultados de enero, el titular de la entidad de escribanos bonaerenses, Jorge Mateo, sostuvo que “la tendencia decreciente con la que cerró 2012 continúa en este primer mes del año”. Sin embargo, consideró como un dato alentador que el 80 por ciento del monto operado corresponde al negocio de hipotecas. Ese renglón aumentó un 73 por ciento en la comparación interanual.

Para el especialista, esto demuestra que se “están asimilando cambios en la operatoria (referidos a la pesificación del sector), que esperemos sean traducidos en un pronto repunte de la actividad”.

Otros expertos del mercado inmobiliario también se empiezan a mostrar optimistas con la posibilidad de un repunte. El presidente de Tizado Propiedades, Jorge Tizado, señala que “este 2013 empezó con muchas más reservas, más consultas e incluso más ventas”.

Entre los puntos que remarca el empresario para explicar la pronunciada desaceleración del 2012 no aparece precisamente el frente cambiario. “Hubo una modificación en las expectativas del valor de la propiedad que afectó el negocio inmobiliario”. No obstante, Tizado considera que “las partes se van a empezar a acercar y lograr acuerdos”.

En la misma dirección, el vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria de la Provincia de Buenos Aires, Santiago Mamberto, afirmó que “hay una diferencia abismal entre lo que pretende el vendedor y lo que quiere pagar el comprador”. Aunque señaló que “el mercado no está parado: hay menos operaciones, pero somos optimistas”.