El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, deslizó ayer a los supermercadistas que el acuerdo de congelamiento de precios continuará más allá del 1º de abril. Lo hizo en “la escuelita”, como llaman la veintena de empresarios del sector cárnico y del comercio a la ya clásica reunión de los viernes a la mañana a la que asisten en la dependencia que dirige el funcionario. Mayoristas, grandes cadenas de supermercados y comercios chinos le aseguraron al secretario que no sufren problemas de abastecimiento y que la suba de precios está efectivamente frenada. Moreno se mostró conforme con la marcha del acuerdo. La semana que viene las empresas del sector del comercio minorista se reunirán para intercambiar información sobre la provisión de mercadería y la evolución de los precios. Suponen, porque Moreno no lo explicitó, que si continúa el congelamiento, el funcionario no autorizará aumentos a la industria.

En relación con las perspectivas económicas para 2013, el Gobierno espera obtener un superávit comercial de entre 12 y 13 mil millones de dólares, anticipó ayer Moreno. El dato está en línea con la estimación que figura en el Presupuesto. El funcionario ponderó las acciones de promoción a las exportaciones que impulsa la Secretaría de Comercio Exterior, que dirige Beatriz Paglieri, y pidió enfocar el esfuerzo en “venderle más al mundo”.

A comienzos de 2012, el Gobierno instrumentó las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), un sistema de monitoreo sobre todo el abanico importador que generó en los primeros seis meses del año una retracción de las compras en el exterior, más allá de la desaceleración económica que operó en el mismo sentido. En ese momento, Moreno decía a los empresarios que necesitaba un superávit de entre 10 y 12 mil millones de dólares. Finalmente, el saldo llegó a 12.690 millones de dólares. La previsión que marcaba el Presupuesto para ese año era de 8600 millones.

Moreno, a diferencia del año pasado, cuando decía que era central “cuidar los dólares que Argentina no fabrica”, concentra ahora sus discursos a los empresarios en el tema de la mejora de la competitividad. Sin embargo, el Gobierno no implementa una política decidida en ese sentido, más allá de algunos instrumentos inconexos. El propio funcionario ha mencionado en reuniones anteriores la posibilidad de relajar el control a las importaciones para contener los precios, una estrategia que atenta contra la densidad industrial. Ayer Moreno criticó el encarecimiento relativo de la papa en relación con la competencia europea y las dificultades que tendría la industria lechera local para exportar a Brasil si no existiera el acuerdo entre privados que asegura a los productores nacionales colocar 3600 toneladas mensuales de leche en polvo.

En la reunión, Moreno dijo a los empresarios que tal vez se prorrogue el congelamiento de precios, “si es que los supermercados están de acuerdo”. Un asistente a la reunión bromeó que “es un pase envenenado”, porque a la sugerencia de Moreno es difícil decirle que no. Los empresarios, supermercadistas e industriales, están preocupados porque se acerca el comienzo de la negociación paritaria, y aseguran que tendrán problemas si no pueden trasladar la suba de costos a los precios. Omiten que en los últimos años ganaron mucho dinero a partir del dinamismo del consumo interno, que les da un buen margen. El funcionario no dejó explícito si acompañará la extensión del congelamiento con una suspensión de las autorizaciones de aumentos de precios correspondientes a abril para la industria de alimentos y bebidas, artículos de limpieza y del hogar.

La semana que viene se reunirán las grandes cadenas de supermercados nucleadas en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), los comercios chinos agrupados en Cedeapsa, entidad que encabeza Yolanda Durán, y la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), donde están representadas las empresas del interior del país. Intercambiarán información sobre la marcha del acuerdo de precios y la situación en materia de abastecimiento. Los grandes supermercados son los que, otra vez, volverán a tener tracción sobre el segmento minorista de menor escala de negocios, como almacenes y comercios chinos. Si las cadenas acuerdan con Moreno seguir con precios fijos, los otros comercios se acoplarán. “Si las grandes cadenas acompañan, no nos queda otra”, graficó un empresario de los súper chinos.

Las cámaras ayer reunidas informaron al secretario que las góndolas están abastecidas y los precios se mantienen. Moreno coincidió en general en ese diagnóstico, aunque reconoció los problemas de subas de precios en Mendoza y Chaco que, según dijo, ya están solucionados.