Una significativa confluencia de opiniones reunió ayer a un funcionario del gobierno de Mauricio Macri, un ex director del FMI y un dirigente rural que, por separado pero por una misma emisora radial, justificaron el ataque especulativo contra el peso y reclamaron que el Gobierno deje de actuar como regulador en los mercados financieros y cambiarios.

“Argentina necesita liberar todo y dejar que el dólar encuentre su valor”, sostuvo en forma sorprendentemente llana el titular del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger. Para justificar el reclamo de una fuerte devaluación, atribuyó la escalada en el precio del dólar en el mercado marginal al nivel de la inflación. Consideró que la cotización de la moneda norteamericana “no tiene techo” y propuso dejar que el mercado la lleve a “un nivel competitivo”.

En la entrevista que concedió a Radio Mitre, Sturzenegger también arremetió contra el gasto fiscal, herramienta que el gobierno nacional utilizó activamente en 2012 para impedir una desaceleración mayor de la economía (ver nota central en esta página). Desde una vereda opuesta, el banquero de Macri dijo que el gasto genera inflación al provocar “un agujero fiscal muy grande que se está financiando con emisión”.

Por la misma emisora, el economista Claudio Loser, ex director del FMI en la etapa que este organismo impuso la política neoliberal de creciente endeudamiento exterior en los ’90, calificó al gobierno actual de ser “el más inepto para el manejo de la economía” y señaló que la inflación “probablemente sea más alta que la de Venezuela”. Con respecto al futuro del dólar en Argentina, auguró que “va a seguir existiendo un mercado virtual” que fije su cotización y opinó que un eventual desdoblamiento cambiario (un dólar comercial y otro, por ejemplo, financiero y turístico, con valores diferenciados) representaría una solución en el corto plazo, pero es una medida que “no existe en los países razonables”, o que merecen esa calificación según su criterio.

Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria, sumó su voz al coro. “Desde el punto de vista de los productores, estamos muy jodidos”, aseguró Bu-zzi, con un lenguaje y conceptos cada vez más similares a los de Alfredo De Angeli, su rival interno en la Federación Agraria. Explicó que el productor “recibe un dólar de 3,20 pesos, porque el exportador, cuando liquida divisas, retiene el 35 por ciento, se lo deposita al Banco Central, y nos paga con lo que sobra. Es una distorsión infinita e insoportable”, explicó. (Vale aclarar que las retenciones no se liquidan de esa forma ni se calculan sobre el precio final del producto.)

Señaló que, además, “en términos de competitividad” los productores rurales están “peor que en los ’90” y que el tipo de cambio “tiene un retraso tan alto que hace inviable la producción en pequeña y mediana escala”.