“Cuando nosotros trabajamos en un proceso de adecuación de tarifa, lo único que hacemos es reducir el subsidio, o proyectar reducir el subsidio en aquellos sectores de mayores ingresos.” Con estas palabras, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ratificó la voluntad del Gobierno de recortar las transferencias de recursos hacia los sectores de mayores ingresos. “La política de subsidios no va a cambiar y seguirá la eliminación o reducción a quienes no lo necesitan, como se hizo en los últimos años, y no va a haber precios dolarizados de la energía”, manifestó a su vez Julio De Vido, ministro de Planificación.

Tanto Capitanich como De Vido se encargaron de ratificar, en ámbitos diferentes, que no habrá un cambio brusco en la política tarifaria. Aunque dieron indicios de que se profundizará una mejor asignación de los recursos. “La energía en la Argentina, sea en combustible, eléctrica o gas, es la más barata de Latinoamérica, con excepción de Bolivia y Venezuela. Si uno toma la boleta de la luz o del gas y le suma el subsidio, sigue resultando el costo más bajo de energía de toda la región”, manifestó De Vido.

Por ejemplo, en el consumo eléctrico, con un promedio de 500 kwh por bimestre, el costo en Brasil asciende a los 122 dólares, mientras que en Argentina sería de 9 dólares (con subsidio) o 37 dólares (sin subsidio). El costo en Chile sería de 185 dólares. Estos números surgen de un informe elaborado por el Ministerio de Planificación.

En el caso del gas, la diferencia es similar. Por un consumo calculado en 800 metros cúbicos por bimestre, un hogar de Brasil pagaría 121 dólares, mientras que en la Argentina, sólo 6 dólares (con subsidio) o 33 dólares (sin subsidio).

“Nuestro modelo apunta a beneficiar a la mayoría de la población e industrias, considerando que tales precios (del gas, la electricidad y otros) deben establecerse en base a los costos internos de producción y no deben dolarizarse”, agregó el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien participó de una conferencia de prensa junto a De Vido.

Para rebatir cualquier pretensión de las empresas eléctricas a un cambio tarifario, De Vido sostuvo que “por la performance bursátil de las empresas eléctricas, no les va nada mal”. El funcionario descartó que las compañías generadoras y distribuidoras sufran mermas de rentabilidad. Para remarcar un contrapunto con el contexto internacional, el ministro de Planificación destacó que las empresas locales no se vieron obligadas a cortar el suministro, como sí ocurre en otros países.

“En Brasil, en los últimos años hubo cinco cortes, y el menor de ellos afectó a 40 millones de personas, igual población que toda la Argentina. España programa cortes parciales a partir de una temperatura ambiente de 32 grados, mientras en la Argentina, pese a que hubo fenómenos como la caída de torres en Yacyretá, un sabotaje en la autopista Buenos Aires-La Plata o las últimas inundaciones, el sistema nacional funcionó bien con un comportamiento record”, concluyó.