Los bancos deberán profundizar el financiamiento con destino a la inversión productiva y a la pequeña y mediana empresa. Ese fue el mensaje que dejó el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, durante una reunión que mantuvo ayer con representantes de las asociaciones de bancos argentinos (ABA) y de capital local (Adeba). El motivo del encuentro fue solicitarles resultados de la tercera edición de la Línea de Créditos para la Inversión Productiva (LCIP), la cual establece un piso de préstamos con ese fin de 5 por ciento de la cartera de depósitos privados, de los cuales la mitad debe ser para las pymes. Hoy será el turno de los bancos públicos, privados y cooperativos enrolados en Abappra. Según los primeros sondeos que acercaron a Fábrega, se sobrecumpliría la meta dispuesta para este año. No obstante, habrá una segunda vuelta de reuniones para que los banqueros alcancen sus informes de gestión.

Las entidades privadas se aprestan a cerrar un nuevo año con resultados record, una constante que ya lleva un lustro ininterrumpido. En los últimos doce meses –con datos a septiembre pasado– el sistema financiero acumula ganancias por 23.857 millones de pesos. Sin embargo, la crema del negocio de los bancos se mantiene en el financiamiento al consumo (de corto plazo), pese a que las medidas impulsadas por el Central le otorgaron mayor protagonismo a un segmento desatendido por el sistema: la inversión productiva. En el acumulado de los primeros nueve meses del año los bancos más que duplicaron sus ingresos por variación en el tipo de cambio. Pasaron de 2672 millones de pesos en 2012 a 6312 millones en igual lapso de este año. Por tenencia de títulos públicos aumentaron a 16.240 millones sus resultados frente a los 13.118 que les significó en los nueve primeros meses de 2012. Esto se reflejó también en la suba que evidencian las acciones en la Bolsa: el Grupo Galicia acumula un alza de 115,1 por ciento, seguido por Francés con 89,6 por ciento y Macro con 97,7 por ciento.

El tema central que desvela a Fábrega es la abultada liquidez que mantiene el sistema financiero, el cual puede direccionarse también al crédito de largo plazo. El último sondeo del BCRA ubica ese porcentaje en un 26,4 por ciento. En 2012 la autoridad monetaria dispuso una línea de financiamiento con el objetivo de brindar mayor profundidad al sistema financiero y articularlo con el aparato productivo local. La línea para la actividad productiva (LCIP) entró en vigencia a mediados de 2012 y establece que el 5 por ciento de los depósitos privados captados por las entidades financieras debe destinarse al financiamiento de empresas a una tasa fija anual de 15,25 por ciento y por un plazo no menor a los tres años.

El resultado fue que aproximadamente la mitad del aumento del crédito a empresas provino de esa línea. Para el segundo semestre del año, se estima, unos 20.000 millones de pesos adicionales dirigidos a financiar proyectos de inversión, que se adicionarían a los más de 52.000 millones de pesos desde el inicio del programa. Con el objetivo de conocer el desempeño de la LCIP en cada una de las entidades, Fábrega inició una ronda de encuentros con las principales cámaras de bancos. En el encuentro con ABA y Adeba solicitó esa información, pero adelantó que su intención es “profundizar el crédito sobre la inversión, y con destino a las pequeñas y medianas empresas”, algo que ya había dejado en claro durante su exposición ante el Congreso, donde se trató el pliego de su designación al frente de la entidad. En ese encuentro con los senadores señaló que impulsará “un mayor compromiso” de la banca privada.