Sábado, 15 de marzo de 2014 | Hoy
ECONOMíA › ENCUENTRO BILATERAL DE MáXIMO NIVEL DEL áREA ECONóMICA DE LOS GOBIERNOS DE ARGENTINA Y BRASIL
El objetivo de ambos países es revitalizar el comercio bilateral, en especial entre las terminales automotrices. Se estudia un mecanismo de préstamos en reales equivalente a unos 2000 millones de dólares. Evaluaron el acuerdo Mercosur-UE.
Por Javier Lewkowicz
Los gobiernos de Argentina y Brasil mantuvieron ayer una reunión en el Ministerio de Economía donde primó la idea de revitalizar el comercio bilateral. Un mecanismo que podría utilizarse es una línea de préstamos de unos 2000 millones de dólares de los bancos privados brasileños, a través de un swap de monedas, a las terminales automotrices locales para que financien sus compras a Brasil. Los funcionarios también analizaron la estrategia del Mercosur para sentarse a negociar con la Unión Europea un tratado de libre comercio. Las quejas comerciales no protagonizaron el encuentro y en las próximas semanas se repetirán reuniones bilaterales.
Del convite participaron, por el lado argentino, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich; el ministro de Economía, Axel Kicillof; la titular de Industria, Débora Giorgi; y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega. La delegación brasileña estuvo compuesta por el ministro de Industria, Desarrollo y Comercio Exterior, Mauro Borges, y el asesor presidencial, Marco Aurelio García. También estuvieron presentes en la reunión los dos embajadores, el argentino en Brasilia, Luis María Kreckler, y Everton Vargas, embajador de Brasil con residencia en Buenos Aires.
Fue el estreno en la mesa bilateral del nuevo ministro brasileño Mauro Borges, quien hasta ahora dirigía la Agencia de Desarrollo Industrial del país vecino. Borges reemplazó a Fernando Pimentel, candidato a la gobernación del estado de Minas Gerais. Marco Aurelio García, antes de dirigirse al Palacio de Hacienda, visitó la residencia de Olivos y su presencia fue símbolo de la fortaleza de la relación bilateral.
El primer punto de la agenda binacional fue la marcha del comercio. La suma de exportaciones e importaciones el año pasado fue de 36.079 millones de dólares, un incremento del 5 por ciento con respecto al valor de 2012, cuando el intercambio se vio bastante afectado por las restricciones comerciales. El máximo nivel de comercio se registró en 2011, con un total de 39.616 millones de dólares, cuatro veces más que en 2003. En los primeros dos meses del año el comercio entre Argentina y Brasil marcó una baja interanual del 16,9 por ciento: las exportaciones al país vecino cayeron un 23 por ciento y las importaciones, un 11,8 por ciento. El saldo fue negativo para la Argentina, con un rojo de 297 millones.
Para impulsar la revitalización del comercio, comenzó a analizarse la posibilidad de instrumentar una facilidad financiera a través de un intercambio de monedas. La idea es que los bancos privados de Brasil presten reales a las terminales automotrices instaladas en Argentina para financiar importaciones desde el país vecino. La operatoria no impactaría en las reservas internacionales del Banco Central. De todas maneras, falta definir ese mecanismo, que necesitaría una reglamentación del Banco Central de Brasil. La línea sería por el equivalente a unos 2000 millones de dólares, a repartir entre las automotrices según su investment grade. La elección del sector automotor no es arbitraria: explicó el 53 por ciento del total del intercambio bilateral el año pasado.
Otro punto de la agenda con Brasil es la negociación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. Para avanzar, el Mercosur reclama a Europa que libere sus mercados agropecuarios y agroindustriales, históricamente protegidos con aranceles, medidas paraarancelarios y subsidios. Ambos gobiernos ayer quedaron en reunirse en las próximas semanas para cerrar una oferta en común.
Para dar cuenta de la política comercial, el secretario de Comercio, Augusto Costa, participó en una parte de la reunión. Según datos de los industriales brasileños, hay pendientes 10 mil declaraciones juradas de importación. Resaltan demoras en neumáticos, cerámica, alimentos, autopartes y tornillos. La voluntad de Costa es resolver los pedidos pendientes. Por su lado, el gobierno argentino está preocupado por el renovado déficit comercial bilateral, según las cifras del primer bimestre.
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