El Indice de Precios al Consumidor Nacional Urbano (IPC-Nu) que calcula el Indec avanzó en abril 1,8 por ciento respecto del mes anterior, impulsado por vivienda, donde tuvo impacto la quita de subsidios a los servicios de gas y agua, indumentaria, transporte y comunicaciones y educación. En el acumulado del año, el aumento de los precios llega al 11,9 por ciento, por encima del valor que el Indec calculó para todo el año pasado a través del antiguo IPC. El Gobierno subraya que la variación mensual de los precios viene decreciendo desde comienzos de año, aunque esa tendencia se verifica sobre un nivel alto. “En abril se registró una desaceleración muy notable en la marcha de los precios”, indicó el ministro de Economía, Axel Kicillof (ver aparte).

El aumento de precios que se dio a conocer ayer es el menor en lo que va del año. En enero, el IPC-Nu mostró un alza de 3,7 por ciento, mientras que en febrero la suba fue de 3,4 y en marzo, de 2,6 por ciento. La tendencia se completa con el 1,8 por ciento de abril. El índice de precios elaborado por el Gobierno de la Ciudad refleja valores absolutos más altos: 4,8; 4,4; 3,6 y 3,1 por ciento de enero a abril. En tanto, la consultora del economista Miguel Bein calculó que la variación fue de 4,4; 3,2; 3 y 2 por ciento en el mismo período. Las curvas tienen sentido similar, aunque en el acumulado hay distancias. Según el Indec, es de 11,9 por ciento en el año, la Ciudad dice que es 16,9 por ciento y Bein plantea que los precios avanzaron en los primeros cuatro meses un 13,2 por ciento.

Una cuarta parte de la suba de abril se explica por el rubro transportes y comunicaciones, que registró un incremento del 2,3 por ciento en el mes a partir del aumento de combustibles y lubricantes, que el Indec registra como funcionamiento y mantenimiento de los vehículos. El segundo lugar en relevancia en el IPC de abril fue alimentos y bebidas, que subió 1,1 en forma mensual. Es un aumento relativamente moderado después de que esos bie-nes subieran en forma abrupta en enero y febrero, impulsados por la devaluación del peso.

El rubro alimentario que mayor suba registró fue condimentos y otros productos alimenticios (2,5), seguido por azúcar, miel, dulces y cacao (2,1), aceites y grasas (1,9), infusiones (1,7), productos lácteos y huevos (1,6), carnes (1,3), bebidas alcohólicas (1,1), productos de panificación, cereales y pastas (1,0), bebidas no alcohólicas (1,0) y comidas listas para llevar, también con el uno por ciento. Las comidas consumidas fuera del hogar avanzaron apenas menos, un 0,9 por ciento. Frutas y verduras registraron caídas de precios, de 0,4 y 0,2 por ciento.

El rubro indumentaria creció 2,5 por ciento, por encima del promedio de abril. La ropa avanzó 2,9 por ciento; el calzado, 2,2; accesorios y servicios para la indumentaria, 1,5 y confección y reparación de la indumentaria lo hizo en un 4,5 por ciento respecto de marzo.

El capítulo del IPC-Nu que mayor avance mostró fue vivienda y servicios básicos, con el 3,1 por ciento. Allí tuvo singular protagonismo el rubro combustible para la vivienda (gas) y agua y servicios sanitarios, con el 13,9 y el 24,2 por ciento de avance mensual. Ese movimiento de precios se explica por la quita de subsidios al servicio de gas en todo el país y a los usuarios de la empresa estatal AySA, que comenzó el mes pasado y se va a completar en agosto. El rubro vivienda aportó 0,3 punto porcentual a la inflación de abril. La suba de las facturas de gas y agua es fuerte en términos porcentuales, pero menos relevante en valores absolutos, de ahí que la incidencia en el índice global no haya sido tan contundente.

Equipamiento y mantenimiento creció el mes pasado 1,7 por ciento, donde se destacaron las alzas de servicios para el hogar, textiles para el hogar, artefactos para el hogar, muebles, colchones y almohadas y productos y utensilios de cocina. En educación, servicios educativos subió 2,6 y textos y útiles escolares lo hizo en un 1,3 por ciento.

Según la nota metodológica que publica el Indec, el IPC-Nu releva mensualmente 230 mil precios en más de 13 mil locales informantes. Se recolectan esos datos en 146 localidades pertenecientes a 40 aglomerados urbanos de todo el país. Para analizar el esquema de consumo de toda la población se confeccionaron 6 canastas regionales de 520 variedades, con 470 en común y 50 específicas de cada región (Metropolitana de Buenos Aires, Pampeana, Noroeste, Noreste, Cuyo y Patagónica).