Curiosidad. La presencia de una gran cantidad de periodistas, camarógrafos y fotógrafos en una zona de oficinas y finanzas de Manhattan llamó la atención de las personas que pasaban por el lugar. “¿A quién están esperando?”, preguntaron los que se animaron a manifestar su curiosidad, a diferencia de los que simplemente miraban sorprendidos y seguían de largo. La mayoría no pudo disimular su decepción al enterarse de que no se trataba de ningún famoso, sino de la visita del ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, a las oficinas del mediador Daniel Pollack, por un conflicto judicial.

Seguridad. Más allá de los curiosos que pasaban por el lugar, la seguridad del edificio ubicado en Park Avenue y 46 St, en reiteradas oportunidades tuvo que salir a pedir que despejaran la puerta de ingreso. Y no solamente porque en un rato se retiraba la comitiva argentina encabezada por Kicillof, sino también porque se acercaban las 5 de la tarde, momento en que una gran cantidad de personas comenzaba a salir de las oficinas rumbo a sus hogares. Finalmente, los intentos por desalojar el acceso fueron insuficientes y la maraña de periodistas se abalanzó sobre los funcionarios, con el mismo poco éxito que los agentes de seguridad.

Look. El estilo informal del ministro de Economía, Axel Kicillof, ya había sido motivo de comentario en la reunión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos y el encuentro del G-77 + China en Naciones Unidas, donde planteó la posición argentina vestido de saco oscuro y camisa blanca, sin corbata. Con más de 34 grados, Kicillof se mantuvo firme y no cambió ayer el look de sus anteriores visitas a los Estados Unidos.

Colores. Un pequeño motivo de orgullo hubo anoche para los argentinos que se encontraban en Nueva York. Como sucede en las grandes ocasiones, la cúpula del emblemático Empire State tuvo una iluminación especial y una de sus caras lució los colores de la bandera argentina, mientras que las restantes fueran para Brasil, Alemania y Holanda, los cuatro semifinalistas del Mundial de Fútbol.

Sale. Lejos del conflicto con los fondos buitre, dos temas despertaban el interés de la sociedad norteamericana en los últimos días. Por un lado, el feriado del 4 de julio con motivo de conmemorarse un nuevo aniversario de su día de la independencia, en el que tanto locales como turistas se lanzaron a los comercios para aprovechar ofertas especiales que alcanzaban hasta un 75 por ciento por debajo de los precios de fin de temporada. Por otro lado, podía palpitarse en la calle el creciente interés estadounidense por el soccer, que obligó a los locales gastronómicos a promocionar la televisación de los distintos partidos del Mundial de Fútbol.