“Hasta los índices privados más mentirosos y mala leche reconocen que la variación del indicador de precios es la mitad (respecto de la de comienzos de año), cuando antes decían que íbamos en espiral ascendente”, dijo ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof. Agregó que “el trabajo del Gobierno (para moderar el proceso de incremento de las remarcaciones de los empresarios) es incansable”. El funcionario criticó las declaraciones de Mauricio Macri, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien prometió terminar con la inflación si es electo presidente en 2015. “Hay que tener coraje para pretender aplicar un plan de ajuste en la Argentina –ironizó–. La gente ha ganado mucho en estos diez años como para ahora comerse ese rancio veneno nuevamente. Hay que recordar que esas políticas nos llevaron a la ruina”, afirmó el ministro. El índice de precios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anotó un alza del 2,3 por ciento en agosto. El dato adquiere relevancia si se tiene en cuenta que había sido de 2,2 por ciento en julio, de 2,3 en junio, del 2,5 en mayo, de 3,1 en abril, de 3,6 en marzo, de 4,4 en febrero y del 4,8 en enero. A su vez, la estimación de FIEL de la canasta básica total registró el mes pasado un incremento del 1,4 por ciento.

Kicillof subrayó que en los últimos meses hubo “fuerte desaceleración” de precios respecto de principio de año, cuando las tensiones cambiarias y la caída de reservas internacionales generaron tensiones inflacionarias en el mercado interno. “Nos preocupa que los precios puedan responder a movimientos especulativos, a avivadas de comerciantes o a movimientos ‘por si acaso’”, aseguró el ministro de Economía.