Los trabajadores de la gráfica Donnelley –que el viernes cumplen un mes de autogestión luego de que los dueños cerraran la planta y pidieran su quiebra– decidieron la semana pasada constituirse en cooperativa. Durante una de las asambleas votaron que se llamará Madygraf, en homenaje a la hija de uno de sus compañeros, pero ahora dicen que “se está demorando el trámite de inscripción” y por eso hoy marcharán hacia el Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social).

El lunes 11 de agosto se habían encontrado con la planta de Garín cerrada y al día siguiente, luego de que el Ministerio de Trabajo dictara la conciliación obligatoria, volvieron a sus puestos de trabajo y pusieron en marcha las rotativas. A los pocos días salió el primer camión con revistas y desde entonces la empresa Atlántida les pagó varios cheques, pero se los llevó el síndico de la quiebra. “Por eso vamos al Inaes. Habían dicho que estarían presentes en la asamblea constitutiva, pero no vinieron, y es urgente que se otorgue la inscripción a la cooperativa”, dijo a Página/12 Agustín Comas, abogado de los trabajadores, sobre la movilización que se concentrará a las 8 en avenida Belgrano y Entre Ríos, para marchar hacia el organismo.

“Seguramente luego seguiremos marchando hasta el juzgado comercial para volver a pedir que destraben el dinero y así poder cobrar sus salarios”, agregó. El Juzgado en lo Comercial Nº 18 tramita el pedido de quiebra patronal, que tanto los trabajadores como la AFIP pretenden se revierta en “quiebra fraudulenta”. Los cuatrocientos operarios están decididos a no cortar la producción para no perder a los clientes, pero aún no ven en sus bolsillos el resultado de la apuesta que significa trabajar sin patrón.