El Gobierno discutió ayer la idea de crisis en el sector automotor y volvió a atribuir a las empresas mala predisposición para hacer que avance el Pro.Cre.Auto. El ministro de Economía, Axel Kicillof, advirtió que el nivel de patentamientos en lo que va del año está entre los mejores de la década y tiró la responsabilidad de la caída de la producción a la dinámica de las exportaciones, atadas a la economía brasileña. Planteó que para aplacar esa baja fue lanzado el Pro.Cre.Auto. Según relevamientos oficiales a los que accedió en exclusiva Página/12, más de la mitad de las denuncias de consumidores por este programa se vinculan con la falta de stock, mientras que la mayor parte de las concesionarias están sin autos en disponibilidad o tienen extensos plazos de entrega. Sin embargo, las automotrices tendrían vehículos en sus plantas. Con ese estudio bajo el brazo, el Gobierno acredita la idea del boicot. Los concesionarios abonan la teoría oficial (que los deja libre de responsabilidad) mientras que las automotrices buscan despegarse echándoles la culpa a los comercios. Hoy vuelven a reunirse las empresas con el equipo económico.

Ayer siguieron rebotando los cruces de la extensa reunión del lunes en la cual la Presidenta, Cristina Fernández, junto a su equipo económico, recibieron a representantes de las fábricas, los concesionarios y del sindicalismo. CFK estuvo dura con los empresarios, en un gesto político destinado a buscar bajar la conflictividad social en el sector. Una muestra también del rol central que tiene la política en la arena de la gestión, que muchas veces supera el peso de los argumentos económicos.

El planteo del Gobierno es que el sector no está en crisis y que las dificultades que existen se vinculan con la caída de las exportaciones. “Es un sector que creció como nunca. Este año, en los primeros ocho meses se patentaron 500 mil vehículos. Representa una baja con respecto al año pasado, que fue record, pero está en el mismo nivel que 2012 y muy superior a 2010. 500 mil autos vendidos no es un número de crisis para el mercado interno”, dijo ayer Kicillof en declaraciones radiales. Entre enero y agosto se vendieron 501.814 unidades, menos que en 2013 (670.441), 2012 (609.421) y 2011 (596.765), aunque por encima de 2010 (452.062).

En términos de producción, la variable que impacta sobre el empleo, en el año asciende a 403.534 unidades. Por debajo de 2013 (536.367), 2012 (477.362), 2011 (547.581) y 2010 (437.149), muy por arriba de 2009 y en línea con 2008. Si bien tampoco luce como un derrotero trágico, teniendo en cuenta que se trata de records históricos, la producción está más afectada que los patentamientos, a raíz del impacto negativo de las exportaciones. Las ventas externas, dominadas por los envíos a Brasil, están en el nivel más bajo desde 2007, si se excluye la crisis de 2009.

Con esos números, el Gobierno alertó sobre un posible “mecanismo extorsivo”, según Kicillof, por parte de las empresas, que mediante la suspensión de trabajadores buscarían obtener más divisas. Las automotrices le reclaman al Gobierno unos 2700 millones de dólares. También el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, calificó de “injustificadas” las suspensiones.

El Gobierno completa el cuadro de críticas a las automotrices con una supuesta falta de voluntad privada para promover el Pro.Cre.Auto. Según datos oficiales a los que accedió Página/12, la Secretaría de Comercio relevó 112 concesionarias y en 54 no había stock o los plazos de entrega eran mayores a los del programa. La dependencia que dirige Augusto Costa, además, visitó seis terminales automotrices y en todas ellas había stock de autos incluidos en el Pro.Cre.Auto. De ahí, en buena medida, la teoría del “encanutamiento” de parte de las terminales. Las de peor cumplimiento del plan son Honda, Fiat y Renault. Además, Comercio relevó 396 concesionarias y en el 52 por ciento los gastos adicionales, como alistamiento y fletes, resultaron ser superiores a los acordados en el plan. “Estamos haciendo las instrucciones administrativas para sancionar a las concesionarias y a las terminales incumplidoras”, aseguran en Economía, como anticipó este diario la semana pasada.

La Presidenta difundió ayer un documento que abona, en su visión, la teoría del boicot. El apoderado de Acara, Eduardo Martín Goñi, escribió que “varios de nuestros asociados que comercializan la marca Fiat han recibido la nota que se adjunta a fin de que los mismos indiquen si están a favor o no de la continuidad del plan. Luego de recibida la nota, un zonal de la terminal se comunica para informar que la respuesta debe ser por la no continuidad del plan. Dicho accionar es violatorio del principio de buena fe en las relaciones comerciales”. En la nota se proponen cuatro opciones de por qué la respuesta puede ser la “no continuidad”. Mientras los concesionarios “mandaron al frente” a las terminales, las automotrices echan la culpa a los comercios, ya que serían ellos los que desincentivan al consumidor.