El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, cuestionó ayer a los productores rurales por haber retenido la cosecha de soja en lugar de venderla cuando los precios internacionales eran más altos. “Es harto elocuente que Argentina perdió ingresos provenientes de mejores precios en la comercialización de soja, por actitudes de carácter especulativo. Tomar una decisión incorrecta constituye una responsabilidad clave de la dirigencia (de los productores agropecuarios)”, aseguró en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada. El funcionario destacó también que el error fue reconocido por el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi.

El precio de la soja experimentó una caída del 40 por ciento en los últimos cinco meses. El 30 de abril la tonelada se cotizaba a 562 dólares y el viernes pasado cerró a 334 dólares. Aunque los números ya venían en baja, la tendencia se agudizó cuando el Departamento de Agricultura de Estados Unidos estimó que la cosecha en ese país alcanzaría el record de 106,5 millones de toneladas, a lo que se sumarían a principios de 2015 otras campañas muy buenas de Brasil y de la propia Argentina con 94 y 55 millones de toneladas más, respectivamente.

“El productor perdió y hasta podemos decir que nos equivocamos en haber retenido los granos y no haber vendido hace cuatro meses. Ahora se cayeron los precios, perdió plata el productor y perdió plata el país”, aseguró Buzzi el fin de semana en declaraciones radiales. El federado reconoció de ese modo que los productores y entidades rurales “tienen su cuota de responsabilidad”, aunque también le apuntó al Gobierno. “El productor lo que hizo fue lo más natural, porque es en lo que más confía”, dijo el integrante de la Mesa de Enlace y relacionó esa actitud con que “hay inestabilidad e incertidumbre” y los productores “no le creen a Kicillof”. “A confesión de parte, relevo de pruebas”, se limitó a destacar Capitanich con referencia a las declaraciones de Buzzi. El funcionario criticó que “esa actitud egoísta no mira la perspectiva de mayor alcance, de que cuando hay liquidación de soja en mayor valor, no solamente ingresan más recursos al fisco para garantizar políticas de inclusión y desarrollo, sino también engrosan los recursos del fondo federal solidario, para hacer más obras de infraestructura, que a su vez mejora la competitividad del sector agropecuario”.

“Por lo tanto, tomar una decisión incorrecta muchas veces constituye un efecto sistémico que lamentamos todos los argentinos, y ahí es donde existe una responsabilidad clave de la dirigencia”, cargó Capitanich. Por ello, planteó que dicha dirigencia “en vez de asesorar a sus afiliados respecto de una política de oposición al gobierno, que es circunstancial, deberían pregonar la defensa del interés nacional”, y concluyó: “Las actitudes egoístas no nos ayudan a construir un país mejor”.