ECONOMíA › LOS BONISTAS ARGENTINOS QUIEREN HACERSE OIR
Defolteados y abandonados
No importa que el superávit fiscal pautado para el próximo año sea seis veces mayor al del promedio de la década pasada: para la Asociación de Damnificados por la Pesificación y el Default no alcanza. La entidad se conformó recientemente con la participación de 74 argentinos que habían invertido en títulos públicos y decidieron iniciar acciones legales contra el Estado en Nueva York. Pierino Garrafa, uno de sus representantes, fue quien reclamó ayer un mayor esfuerzo fiscal para que la quita sea menor al 75 por ciento. La asociación tiene previsto reunirse con el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, el miércoles 12, pero además solicitó una audiencia con Néstor Kirchner.
“No es justo que el Gobierno quiera sacarnos el 75 por ciento de lo que tenemos”, protestó el financista, y luego afirmó que “no aceptamos quitas en el capital”. “Ya es bastante con conceder un tiempo para solucionar las cosas: quizá podemos hablar de condiciones de tasas de interés”, agregó. Otra propuesta que los tenedores de bonos rechazaron es la de un bono a 42 años: “No es razonable plantear un título a tan largo plazo. Es lógico que no lo aceptemos”, manifestó.
Los financistas argentinos que sufren las consecuencias del default por ahora no tienen peso político. El Gobierno consiguió un apoyo masivo del empresariado en su propuesta de reestructuración. Y especialmente al hecho de mantener en 3 por ciento el superávit fiscal para 2004. Roberto Lavagna descartó subir ese nivel. Lo que los tenedores de bonos no dicen es que invirtieron en títulos que ofrecían altísimas tasas de interés, que reflejaban el riesgo de la apuesta. Nadie puede alegar que desconociera que existía un riesgo, y si decidieron correrlo, ahora deben asumir las consecuencias.
Nielsen, igualmente, recibirá a la asociación local de acreedores. El funcionario viene manteniendo contactos con bonistas de distintos países, y hará lo propio con las entidades argentinas. La que lidera Garrafa aspira a encontrarse con Kirchner. El financista se quejó por “la imposibilidad de utilizar los bonos argentinos para pagar impuestos”. “El Estado recibió el capital y lo utilizó, y no nos hacen quita del capital en los impuestos que pagamos”, añadió. Finalmente, sostuvo que “por como se plantea la reestructuración, el ajuste de la economía deberá ser soportado por los tenedores de bonos, que en definitiva es la gente que invirtió en el país”.