EL PAíS
Piden investigar desde su compra los gastos del avión presidencial
Lo solicitó el fiscal Di Lello tras las revelaciones que sobre el Tango 01 hizo Página/12 el último domingo. Usos y costumbres durante el menemismo.
Por Raúl Kollmann
Basado en la nota publicada en Página/12 el domingo pasado, el fiscal Jorge Di Lello pidió ayer que la investigación sobre el Tango 01 se ampliara a todo el historial de la aeronave: desde que se compró hasta ahora. Por ello, requirió al gobierno nacional, a través de la Secretaría General de la Presidencia, una nómina de todos los viajes hechos por el avión presidencial, quiénes fueron los pasajeros y cuáles fueron los gastos. A la Casa Militar, el organismo que está a cargo del Tango 01, se le hizo un pedido similar: quiénes integraron la tripulación y cuáles fueron los gastos en todo concepto para operar el avión.
Por su parte, la jueza María Romilda Servini de Cubría, a cargo de la causa, estudia la gran masa de documentación que secuestró en los allanamientos realizados la semana pasada y determinará luego si, además de fraude al Estado, existió una asociación ilícita que sobrefacturó los gastos y se quedó, por ejemplo, con 129.000 dólares en un solo viaje. Si la jueza determina la existencia de la asociación ilícita podría ordenar detenciones.
El fiscal Di Lello le presentó ayer un escrito a Servini en el que agregó la nota publicada en este diario el domingo y en el que un ex operador del Tango 01 relató con lujo de detalles las increíbles maniobras que se hacían en el manejo del avión presidencial.
- “Carlos Menem y Zulemita subían una valija con decenas de miles de dólares para sus gastos. Por ejemplo, Zulemita gastaba 25.000 o 30.000 dólares sólo en ropa y ninguno de los que viajaba en el Tango 01 pasaba por la Aduana. Esos hechos, que veían todos los que rodeaban al avión presidencial, creaban un clima en el que todos se sentían con derecho a quedarse con dinero. Era un viva la pepa”.
- “Había maniobras en casi todo, el combustible, los repuestos, arreglos que supuestamente se hacían, pero en verdad se quedaban con el dinero, compras de elementos para el Tango que se sobrefacturaban de manera escandalosa”.
El fiscal también incorporó al expediente una nota publicada por el diario Clarín del domingo. Se menciona allí la existencia de una empresa uruguaya también dedicada a fraguar facturas para consumar las maniobras. La empresa, Wats S.A., es encabezada por el vicecomodoro Carlos Correa, y en ello se parece a la principal empresa imputada, Sky Support, en la que figura como cabeza el ingeniero Diego Alberto Cerioni, ex operador del Tango en épocas de Carlos Menem. La metodología siempre era la misma y quedó patentada en la denuncia que realizó el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien describió, por ejemplo, que facturas reales de 13.000 dólares se suplantaban por facturas falsas de empresas falsas por 39.000.
“De las notas de Página/12 y Clarín surge que la magnitud y extensión de las maniobras delictivas, que son gravísimas de confirmarse, comprenden prácticamente todas las actividades vinculadas a los vuelos del Tango 01, desde su adquisición hasta ahora”, señalan en su escrito el fiscal Di Lello y su adjunto, Gerardo Pollicita.
Los dos fiscales pidieron entonces que la Secretaría General de la Presidencia y la Casa Militar suministraran toda la documentación necesaria para analizar los viajes del Tango en los últimos años y también pidieron a la jueza que requiriera a la Oficina Anticorrupción para que aporte los elementos que tenga sobre el caso. Desde el punto de vista del funcionamiento, el Tango es operado por la Casa Militar –no la Fuerza Aérea–, que es un organismo militar al que las tres fuerzas le prestan oficiales para que se desempeñen a las órdenes del Presidente. Los gastos del Tango son manejados por la Casa Militar, pero se pagan por la Secretaría General de la Presidencia. Lo que Servini debe determinar es dónde está la responsabilidad: si en integrantes de la Casa Militar, si en miembros de la Secretaría General y si los pilotos forman parte del negocio. Estos últimos fueron separados justamente porque se debe esclarecer si se quedaban o no con una parte de las sobrefacturaciones.