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Los titulares de los aproximadamente 800 mil vehículos radicados en la ciudad de Buenos Aires deberán afrontar las patentes de este año con un aumento promedio del 31 por ciento en la primera cuota del año. Según los datos consignados por el diario digital Z, el incremento se sentirá más entre los propietarios de los autos de alta gama. El aumento de la alícuota general la llevó al 3,2 por ciento del valor fiscal de la unidad, pero en el caso de los de alta gama la misma se ubica entre el 4 y el 5 por ciento. Además, para este ejercicio se eliminó el límite transitorio que regía en 2015, que le ponía un tope del 50 por ciento al incremento de la cuota de patentes.

Por otra parte, por modificación de la ley tarifaria, desde el 1º de enero la renovación de la licencia tiene un costo de 480 pesos, con un aumento del 30 por ciento sobre el valor vigente en 2015 (370 pesos). Ello se suma la entrada en vigencia de la obligatoriedad del grabado de autopartes y la verificación técnica vehicular, cuyo valor o arancel aún no fue definido. Tal cual recuerda el Diario Z, tanto el servicio de estacionamiento y el acarreo continuarán en manos de las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, que operan con los contratos vencidos desde el año 2011.

También se resolvió el ajuste de la tarifa de la hora de estacionamiento en el espacio público a partir de enero, por decreto del Ejecutivo de la CABA, en un 33 por ciento (pasó de 3 a 4 pesos), que regirá a partir de hoy. El Gobierno de la Ciudad justificó el aumento alegando “una desactualización de la tarifa, generada por los reiterados incrementos de los insumos y costos involucrados, como el valor de los salarios del sector”.

Vale recordar que el presupuesto porteño para 2016 prevé subas del 20 al 38 por ciento en concepto de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL), en tanto que para el impuesto inmobiliario el incremento proyectado alcanza al 26 por ciento. Dicho aumento fue cuestionado incluso por sectores de oposición al gobierno porteño que lo votaron en la Legislatura, que explicaron que la intención del PRO era aplicar un incremento del 100 por ciento, pero hubo acuerdo para que se hiciera efectivo en forma escalonada. La demanda que quedó pendiente es que la tasa del ABL se estableciera tras “un análisis caso por caso, casa por casa, para que el vecino pague en función de las características de su vivienda y no en función de una división casi arbitraria por barrios”.