Los comercios reclamaron ayer ante el Gobierno por el alto costo financiero de las comisiones de las tarjetas de crédito. Referentes de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) se reunieron con el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y criticaron que en el país las tarjetas de crédito cobran a los comerciantes una comisión del 3 por ciento, cuando en el resto de los países de la región la cifra se ubica por debajo del 1,5 por ciento. Las comisiones de los bancos no son el único elemento que afecta la rentabilidad de los comercios, sino que en los últimos meses la fuerte contracción de la demanda y la suba notable de la estructura de costos impactaron en los beneficios de los vendedores mayoristas, minoristas y de la industria en general.

“Uno de los temas que fue objeto de análisis pormenorizado (con el Ministerio de Producción) es el sistema vigente en materia de emisión, costo y financiamiento de las tarjetas de crédito y débito”, dijo el titular de la CAC, Jorge Di Fiori. Aseguró que “en el país los comercios pagan de comisión 3 por ciento por el uso de las tarjetas, un valor que está por encima de lo que se cobra en países vecinos, que en el caso de Perú es del 1,5 por ciento y en el de Brasil desciende al 1,3 por ciento”.

A inicios de 2013 el entonces secretario de Comercio Guillermo Moreno lanzó la SuperCard para terciar en la disputa entre el comercio minorista y el sector financiero, estableciendo una comisión con ese plástico de solo uno1 por ciento. Pero el sistema fracasó porque finalmente las grandes cadenas de supermercados privilegiaron el negocio financiero de sus propias tarjetas, a través de las cuales cobran tasas exorbitantes a los consumidores por la financiación de sus compras, y relegaron la SuperCard. Ahora la CAC vuelve a reclamar la intervención del Estado frente a los abusos con el sector comercial.

Di Fiori aseguró que existen tres elementos que distorsionan los precios en las ventas a través de las tarjetas de crédito. “Una es la alta comisión que paga el comerciante (a los proveedores de la tarjeta) por cada operación, porcentaje que está por encima de los niveles internacionales. La segunda cuestión es la adquirencia (costo de intermediación financiera en operaciones con tarjeta) y la tercera es el esquema de procesamiento y financiación, por el cual las tarjetas reintegran los montos en un período excesivo a la fecha de la venta”, planteó.

Desde la entidad que agrupa a los comerciantes no sólo lanzaron críticas asociadas con temas financieros, sino que aseguraron que empresarios de economías regionales viven una situación crítica para sus negocios. Apuntaron que el problema ya no es sólo una cuestión de “tipo de cambio” sino que se debe al fuerte aumento de los costos internos, entre los que se destacan “los transportes, los embalajes y la presión impositiva”, según un comunicado de la CAC. “El campo está en mejores condiciones, pero, por ejemplo, se vislumbran problemas para exportar productos como vinos y aceites”, mencionó el titular de la cámara que reúne a los comerciantes.

El ministro de Produccción, tras escuchar los argumentos de los empresarios, se comprometió a asistir a la próxima reunión del consejo directivo de la CAC, con la idea de seguir atendiendo los problemas y las “inquietudes” del sector. La actividad comercial es una de las más afectadas por las políticas de ajuste del Gobierno.