ECONOMíA › DURA PELEA POR EL CONTROL DE LA EMPRESA TRANSENER
Dudan de promesa de Petrobras
Por Claudio Zlotnik
Con la crisis energética como telón de fondo, una de las privatizadas emblemáticas del sector se convirtió en centro de una pelea entre los socios accionistas. Se trata de Transener, compañía que transporta el 95 por ciento de la energía eléctrica consumida en la Argentina. De un lado está la estatal brasileña Petrobras y del otro el fondo de inversión local Dolphin, comandado por el ex IRSA Marcelo Mindlin. La puja es para quedarse con el control de la compañía.
Si se tiene en cuenta el reparto de acciones entre los socios pareciera una contienda desigual: mientras Petrobras es dueña del 49,99 por ciento del capital, Dolphin posee el 7,52. Sin embargo, hay un dato que juega a favor del fondo de inversión: la empresa brasileña se había comprometido a desprenderse de Transener. Todo comenzó en el último tramo del gobierno de Eduardo Duhalde. Hace un año, la entonces administración dio el visto bueno a la venta de Pérez Companc a favor de Petrobras a condición de que Transener –uno de los activos de Pérez– volviese a manos de un grupo argentino. Para el gobierno anterior, Transener era una compañía estratégica para el funcionamiento del servicio eléctrico ya que de ella dependen las líneas de alta tensión.
Con este panorama, Mindlin entró como socio a Transener. Le compró un 7,52 por ciento del paquete accionario a Taico, un fondo que integraba, entre otros, el Banco Francés. Esa operación era el primer paso para quedarse con más. De hecho, un par de semanas atrás firmó un contrato de compra de la porción que retienen los ingleses de National Grid: nada menos que el 42,5 por ciento, por unos 14 millones de dólares.
Según el acuerdo entre los accionistas, cuando uno de ellos hace una oferta, el otro tiene la posibilidad de empardarla y participar de esa compra. Mañana vence el plazo para que Petrobras diga si también quiere quedarse con una parte de lo que vendan los ingleses. En la city descuentan que así será. Fuentes del mercado eléctrico manifestaron a Página/12 que los brasileños quieren comprar apenas el 0,07 por ciento. Si así fuera, se asegurarían el control de Transener, con el 50,01 por ciento, relegando a Dolphin a una segunda posición.
Sin embargo, en el Gobierno están estudiando si esta pretensión no se choca con el compromiso de Petrobras de vender su participación. Además se encuentra bajo evaluación un dictamen de Defensa de la Competencia que le impide a la brasileña a elevar su participación en Transener y también la ley que regula el mercado eléctrico, que pone límites a que una misma empresa opere en los distintos segmentos del negocio.
Los tironeos entre los socios dejan también en claro que, a pesar de las asiduas protestas de las privatizadas y de la crisis eléctrica, el negocio parece ser rentable.