ECONOMíA › CONCLUYO LA PRIMERA SEMANA
DE REUNIONES DE LOCAL CON LOS ACREEDORES
¿Quién habrá dejado de hacerse el duro?
El poderoso Comité Global de Bonistas de la Argentina, el grupo de acreedores más combativo, sorprendió al mostrarse “satisfecho” de la reunión mantenida ayer con el secretario de Finanzas. En las últimas semanas, Lavagna hizo ciertos guiños a los bonistas, que podrían significar una flexibilización de la oferta de Dubai.
Por Maximiliano Montenegro
¿Lavagna los ablandó? ¿O lo ablandaron? El poderoso Comité Global de Bonistas de la Argentina, hasta ahora el grupo de acreedores más crítico de la propuesta oficial para reestructurar la deuda, realizó ayer una sorprendente declaración, tras reunirse con el secretario de Finanzas Guillermo Nielsen. “Estoy satisfecho por el inicio de una buena colaboración”, afirmó el italiano Nicola Stock, titular del Comité, quien días atrás había reclamado al Fondo Monetario y a los países del G-7 que “no dejen de presionar” a Argentina para que el Gobierno mejore su oferta a los acreedores privados. En las últimas semanas, el equipo económico hizo ciertos guiños a los bonistas, que podrían resultar en una flexibilización importante de la propuesta realizada en Dubai en septiembre pasado. Sin embargo, el presidente Kirchner sigue con la idea de sostener el anuncio de una quita en el capital de la deuda del 75 por ciento.
“Estoy bastante satisfecho de este viaje a Buenos Aires porque nos ha llevado a un encuentro positivo”, dijo Stock, mediante un comunicado, después de reunirse durante más de 2 horas con Nielsen. “Según hemos establecido hoy (por ayer), en dos semanas empezaremos los encuentros técnicos entre el Ministerio de Economía y el Comité Global”, agrega la nota.
En realidad, en Economía aclararon que de esas “reuniones técnicas”, que tendrán lugar en mayo, participarán los distintos grupos de acreedores privados “por separado” y los bancos que asesoran al Gobierno en la renegociación (Merrill Lynch, Unión de Bancos Suizos, Barclays). “El Gobierno continúa con la idea de formular la propuesta técnica durante el mes de junio”, aseguró la fuente del ministerio.
Sea como fuere, las declaraciones de Stock llaman la atención, en especial si se tiene en cuenta que el Comité Global se convirtió en los últimos meses en el mayor activista en contra de la propuesta de la administración Kirchner. Creado en enero pasado, el Comité dice representar a bonistas con acreencias contra el país por 37 mil millones de dólares. El propio Stock –quien durante la década pasada, en su rol de ejecutivo del Banco de Roma, se cansó de vender a sus clientes bonos de la deuda argentina– amenazó más de una vez en los últimos tiempos con bloquear todo el proceso de reestructuración por la vía judicial, en caso de que las negociaciones con el gobierno argentino no prosperaran. Más aún, esta misma semana, antes de abordar el avión que lo trajo a Buenos Aires, el ex banquero italiano advirtió que si Argentina no flexibilizaba su posición, la sanción “podría llegar en los próximos días, cuando en Bruselas se concrete un encuentro entre el Mercosur y la Unión Europea para encontrar una vía para liberalizar los intercambios”.
¿Qué llevó a un cambio de actitud tan drástico? ¿La irresistible oratoria de Nielsen, tal vez? Difícil de creer.
Más lógico sería pensar que las señales enviadas por Economía a los acreedores están dando resultado. Dichos guiños, aseguran quienes conocen los pormenores de la negociación, apuntan a mejorar, de manera indirecta, la oferta presentada inicialmente en Dubai. Por ejemplo:
- En una entrevista con el Financial Times, Lavagna dijo que la quita del 75 por ciento no será nominal sobre el capital sino a valor presente. Dicho de otro modo: esto abre la posibilidad de que la quita sobre el capital pueda rondar el 50 o 60 por ciento, pero a cambio de una fuerte poda en las tasas de interés y en un sensible estiramiento en los plazos.
- El segundo “endulzante” convidado por el ministro fue conceder que todos los bonos que finalmente se emitieran para el canje podrían ofrecer un rendimiento mayor, atado al crecimiento del PBI. Para tener una idea, esa sola posibilidad agregaría entre 5 a 7 centavos en la cotización de los bonos. No obstante, en la propuesta oficial todavía quedan aristas “duras”. Por caso, la negativa firme de Economía a reconocer los intereses caídos desde el default (unos 15.000 millones de dólares).
El otro punto interesante es que Lavagna quiere imponer al caso argentino como testigo de la nueva arquitectura financiera internacional. Como dejó en claro Nielsen a los bonistas, ésta será la primera renegociación de deuda soberana que no es respaldada por fondos frescos de los organismos internacionales. Y por eso el recorte deberá ser necesariamente mayor a todos los casos conocidos hasta hoy.