ECONOMíA › PERFIL DE STOCK, UN BANQUERO CONTROVERTIDO
De conocer la realidad, nada
Por Claudio Zlotnik
Nicola Stock se jacta de sus contactos políticos en Washington. De su trato habitual con la dama de hierro Anne Krueger y de sus visitas a las oficinas del Tesoro, en Washington. Y asegura que negocia en representación de la mayoría de los acreedores extranjeros de la Argentina, aunque en el Gobierno relativizan esta afirmación. Está al frente del Comité Global de Acreedores (GCAB) y, pese a las promesas, pegó el faltazo a la reunión que debía mantener con distintos grupos de la sociedad que le iban a explicar la situación social de la Argentina.
Este ex banquero romano de 65 años dice que nunca olvidará el comienzo de este año, cuando lo nombraron presidente del Comité. Una fusión de distintas asociaciones de acreedores que hasta ese momento actuaban por separado. La carrera profesional de Stock fue decisiva para esa consagración.
El dirigente salió de su retiro como ex directivo del Banco de Roma a instancias de la Asociación Bancaria Italiana. Precisamente, Stock fundó su propia organización de bonistas, la Argentina Task Force, con el respaldo de la Asociación Bancaria. Algunos observan que ese apoyo tuvo como objetivo desviar la furia de los pequeños ahorristas italianos hacia los bancos de ese país que, durante 2001, y aunque era evidente que la Argentina caería en cesación de pagos, igual recomendaban adquirir títulos de la deuda argentina para quedarse con jugosas comisiones. Desde la Task Force, Stock saltó a la presidencia del Comité Global.
En esta agrupación se unen los reclamos de grandes bancos europeos y estadounidenses. Así puede entenderse la atención que despierta en los organismos internacionales y en la administración Bush.
A instancias de Economía, Stock –como otros representantes de acreedores– debía encontrarse ayer por la tarde con los integrantes de la Mesa de Diálogo Argentino. Pero faltó a la cita, igual que Hans Humes, el ex banquero alemán que copreside el GCAB, y que ya formó parte de la renegociación de la deuda de Rusia y Ecuador.
El lugar de ellos fue ocupado por el puertorriqueño Francisco Zalles. La reunión se llevó a cabo en la Asociación Cristiana de Jóvenes y participaron miembros de las distintas comunidades religiosas, la AMIA, la Pastoral Social y el Grupo Fénix.
“Preferimos que nuestros hijos tengan su vaso de leche antes que pagar la deuda”, dijo el coordinador de la Mesa, Justo Carbajales, después de realizar una descripción de la crítica situación social por la que atraviesa la Argentina.
Zalles, quien dijo que la ausencia de Stock se debía al retraso que había sufrido el encuentro con los funcionarios, admitió que parte de la culpa de la crisis la tiene el Fondo Monetario. Pero aseguró que “si bien podemos pensar que la deuda es injusta, igual hay que cumplir”.
El dirigente hizo hincapié en una paradoja: que la Argentina necesitaba salir a tomar fondos en los mercados internacionales y que por eso debía salir del default cuanto antes. Alberto Müller, economistas del Grupo Fénix, le salió al cruce. Le dijo que una de las razones de la explosión de la crisis fue el endeudamiento externo. Ricardo Gómez, pastor evangelista, se sumó al argumento del economista.
Sentados alrededor de una mesa del directorio de la Asociación Cristiana, el diálogo se extendió durante una hora y media. Después de repetir que “queremos arreglar, no queremos hacer juicios porque ahí sólo ganan los abogados”, el representante de los bonistas les dijo que volverían a fines de mayo. Y les prometió a sus interlocutores que, para entonces, Stock cumplirá con su palabra y asistirá al encuentro.