ECONOMíA
La mujer del recaudador
A Nancy Montoya, la mujer del subsecretario bonaerense de Ingresos Públicos, todas las ideas de su marido le parecen acertadas. Esta infrecuente aprobación femenina al cónyuge se refiere, en el caso actual, a la iniciativa de enviar cartas a las esposas de los jefes de hogar que adeuden el impuesto Inmobiliario. Este es un tributo de nivel provincial y uno de los pocos que gravan la propiedad en la Argentina, pero su recaudación es decepcionante, sobre todo respecto de los inmuebles rurales. Las misivas serán remitidas por la Dirección Provincial de Rentas a familias que posean viviendas cuya valuación fiscal supere los 150 mil pesos.
Según el subsecretario Santiago Montoya, la mayor resistencia a pagar el Inmobiliario se detecta entre los sectores de ingresos medios y altos. Además de la renuencia a contribuir con el fisco, esa gente prefiere gastar todo lo que puede en sostener su tren de vida, aunque esto implique convertirse en evasores. Cuatrocientas manzanas de Martínez, por ejemplo, mostrarían altos niveles de incumplimiento. “Queremos evitar que el próximo que llegue a la puerta sea el abogado”, declaró el funcionario de Felipe Solá, sugiriendo que más vale pagar los impuestos –aunque sea en cuotas– que gastar la plata en abogados.
A Montoya no le falta contención familiar. “El es muy consciente y brillante en su trabajo y sabe lo que hace –afirmó Nancy–. Las mujeres somos especialistas en presionar a nuestros maridos cuando queremos algo y protegemos siempre lo vinculado al hogar.” “Santiago es quien paga los impuestos, pero yo llevo el control” de la casa, informó la leal compañera del recaudador provincial.