ECONOMíA › SE ABRIO EL DEBATE SOBRE LAS INVERSIONES QUE REALIZARA CHINA

Nuevo socio o invasión imperial

La confirmación de que el megaanuncio que hará el Gobierno la semana entrante versa sobre tales inversiones generó una polémica entre el Gobierno y la oposición. Las posiciones.

El tema del megaanuncio que Néstor Kirchner prepara para los próximos días viene dando qué hablar desde hace una semana, pero las voces al respecto se multiplicaron ante la confirmación de que el plan mentado por el Gobierno está vinculado a las inversiones que China realizará en la Argentina. Las opiniones oscilaron entre la prudencia y el escepticismo y la pregunta del millón que se hacen los críticos a la administración kirchnerista es qué obtendrán los chinos a cambio de su generosidad.
El canciller Rafael Bielsa se negó a anticipar detalles del acuerdo al que se llegará con China, pero puntualizó que el trato no apunta a ver a ese país “exclusivamente como un mercado” y lo justificó en la necesidad de Argentina de sumar nuevos socios. Admitió también que “no es fácil hacerse socio de China, no solamente por una cuestión de cultura, sino por una cuestión de regulaciones internas que son muy exhaustivas, muy diferentes” y calificó como una “tontería absoluta” la posibilidad de que el acuerdo con los chinos genere molestias en los Estados Unidos.
Esa posibilidad también fue descartada por el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, Jorge Argüello, quien remarcó que “existen relaciones crecientes de China con Venezuela, Brasil y Chile” previas al acuerdo con Argentina. El legislador tampoco aportó mayores precisiones, aunque comentó que las tratativas que se mantienen con los chinos apuntan a “profundizar un acuerdo Sur-Sur, que no deje de lado otro tipo de acuerdos pero que claramente privilegie a los países de esta parte del mundo”.
“Tenemos que confiar en nuestra dirigencia”, pidió el embajador argentino en China, Juan Carlos Morelli, y recalcó que el acuerdo abre “una posibilidad inmensa para nuestras exportaciones y para nuestra cooperación con nuevos países”. El diplomático elogió la “inteligencia” de Kirchner por su decisión de acercarse a los chinos y pidió aventar cualquier tipo de sospecha y estar “felices” por haber sido elegidos por China para realizar inversiones. “No tenemos que pensar que nos están invadiendo”, insistió.
Una de las que llamó la atención sobre lo que podría implicar el acuerdo con China fue Elisa Carrió. “Esta puede ser la etapa final del saqueo a la Argentina. Saquearon la industria en una década, el Estado y sus empresas en otra, y ahora estamos frente a la apropiación definitiva de los recursos naturales”, advirtió al jefa del ARI, quien dijo tener “la sensación, por primera vez, de que si no preservamos los recursos naturales nuestra generación va a ser responsable de haber entregado una nación: no va a ser culpable este gobierno o el otro, sino un pueblo”.
También el jefe del bloque de diputados de esa fuerza, Eduardo Macaluse, se pronunció en ese sentido. “Los chinos son especialistas en fuegos de artificio y el Gobierno los va a usar en Navidad con fines electorales”, declaró el legislador y advirtió: “China no es una entidad de beneficencia y si establece inversiones muy fuertes, es que va a obtener contraprestaciones”.
El senador radical Jorge Agúndez alimentó las sospechas en torno al trato con los chinos. “Hay que ver cuál es la contraprestación nuestra porque nadie nos va a regalar nada, y yo no creo en los Reyes Magos”, alertó.
“Sería sumamente positivo que el país pudiera ampliar el comercio con China”, consideró el diputado socialista Héctor Polino. De todos modos, indicó que, tal como establece la Constitución, “un paso tan importante como el que se piensa dar en materia de petróleo y trenes debe tener, necesariamente, participación el Congreso Nacional”.
Su par justicialista Rafael González se anotó entre aquellos que prefieren esperar antes de emitir opinión. “No tiene sentido que hable del tema –explicó– cuando lo que conozco es por las versiones periodísticas.”
Eduardo Amadeo, actual asesor de Eduardo Duhalde en el Mercosur, se manifestó con cautela. “China es una aspiradora de materias primas, pero no hay soluciones mágicas”, sostuvo. También dijo que “hay espacios que se abren, posibilidades que tenemos que aprovechar, siendo serios, invirtiendo, incorporando tecnologías, incorporando valor agregado a nuestra producción”, aunque, remarcó, “no nos vamos a salvar con esto”.
El vicepresidente Daniel Scioli enfatizó que la relación entre Argentina y China constituye un punto central “para nuestro futuro” y aseguró que la llegada de nuevos capitales al país se traducirá en “créditos para nuestros productores, en obra pública y en infraestructura”. “Volcaremos el producto de esos acuerdos en educación, en las universidades y en la capacitación”, se entusiasmó también Scioli y trató de explicar a grandes rasgos en qué consiste el acuerdo con los chinos: según dijo, se trata de intercambiar “lo que ellos necesitan para sostener su proceso de crecimiento, que son fuentes de energía, con lo que a nosotros nos falta para mejorar, que es la tecnología y la inversión para el desarrollo de las economías regionales y la generación de trabajo”.
El gobernador bonaerense Felipe Solá fue otro de los que manifestaron su agrado por las tratativas en marcha con los chinos. “La provincia de Buenos Aires es un territorio muy grande, donde cualquier inversión la puede afectar positivamente”, afirmó el mandatario, tras recordar que “yo acompañé al presidente Kirchner en junio a China y nos entusiasmamos allí con muchas cosas de la seriedad del gobierno chino para tomar cada tema”.

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Los chinos han decidido hacer inversiones estratégicas en diversos países, la Argentina entre ellos.
 
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