ECONOMíA › EL GOBIERNO CHINO LES BAJO
EL TONO A LAS EXPECTATIVAS DE INVERSIONES
Habrá acuerdo, pero un poco más modesto
Un alto funcionario del Consejo de Estado de China relativizó en Buenos Aires las cifras divulgadas en el último fin de semana acerca de las inversiones que haría ese país en Argentina. “No muy razonables” o “versión espantosa”, según dos acepciones del traductor.
A través de su vocero, el gobierno chino decidió bajar las expectativas generadas por el Poder Ejecutivo argentino sobre un multimillonario plan de inversiones de la potencia asiática. De visita en el país, Yang Yang, director general de Información del Consejo de Estado, rechazó por “poco razonables” los trascendidos sobre un megaplán de inversiones por 20.000 millones de dólares. Sin embargo, no descartó la existencia de planes para una mayor cooperación. Con parsimonia oriental, prefirió hablar de “acuerdos exitosos” que madurarán “en el largo plazo”. Adelantándose a las voces críticas que sostienen la posibilidad de reeditar viejas relaciones centro-periferia, sostuvo que los sectores que resultarán más favorecidos serán no sólo las actividades extractivas y de infraestructura, sino también la aeroespacial y las telecomunicaciones. En tanto, el gobierno argentino también optó por bajar las expectativas. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pidió “prudencia” en las especulaciones sobre el acuerdo y reconoció que existían muchos aspectos que aún no estaban definidos.
Las fuentes de la Casa Rosada que dejaron trascender la versión del presidente Néstor Kirchner afirmando tener un “as en la manga” que le permitiría “ser Gardel” y “recordado como San Martín”, para luego, ante las fuertes expectativas generadas, sostener que la carta ganadora era un megaplán de inversiones chinas, no deben haberse sentido muy cómodas frente a la desmentida oficial de la potencia asiática.
Es probable que también se haya sentido incómodo el gobierno chino, que en algún punto vio traicionada su cultura milenaria de “discreción” en la información sobre los asuntos de Estado. En el plano local, sin embargo, resultaba cada vez más difícil seguir manteniendo de incógnito a las numerosas delegaciones de inversores y funcionarios chinos que, desde hace más de un mes y en preparación de la visita del presidente Hu Jintao, se encuentran estudiando las posibilidades de desarrollo en diversas áreas. Entre otras, la aeroespacial con el Invap, la petrolera con Enarsa y la minera con Río Turbio e Hipasam.
En una conferencia de prensa que constituyó la primera respuesta oficial de su país a las versiones de la Casa Rosada, Yang Yang subrayó que en los últimos 20 años China creció a una tasa del 9 por ciento anual y que, por ello, recibe una inversión extranjera directa que el último año superó los 50.000 millones de dólares, lo que la convirtió en el primer receptor mundial. Sobre la base de la mera estadística, el argumento esgrimido fue que si una potencia de 1300 millones de habitantes que creció a tasas explosivas durante dos décadas recibe este nivel de inversiones, Argentina, que se recupera de una de las peores crisis de su historia y tiene poco más del 3 por ciento de la población china, no puede aspirar a recibir una inversión equivalente al 40 por ciento de las de la nación asiática.
Yang Yang no sólo negó la posibilidad de que en el corto plazo llegue una catarata de dólares de los excedentes de su banco central, sino que, en diálogo con Página/12, relativizó también la importancia de la Argentina dentro de América del Sur. En este sentido destacó que, en materia de cooperación económica, Brasil está unos cuantos pasos adelante. En esta línea, no se privó de algunos consejos que caerán como un balde de agua fría sobre los hombres de Cancillería. Argentina fue deficiente en su estrategia de “marketing país”. A diferencia del socio mayor del Mercosur, no transmitió adecuadamente al “pueblo, funcionarios y gobierno chinos” las potencialidades de Argentina (ver aparte).
Pero no toda la negación fue negación. Como se desprende del reportaje concedido a este diario, la intención fue sólo bajar el nivel del volumen de inversiones. Yang Yang destacó en todo momento que no deben perderse las expectativas sobre los convenios que, en su próxima visita a la Argentina, firmará el presidente Ju Hintao.
En este sentido el funcionario ratificó que existe interés de su gobierno en áreas “que se están explorando y deben seguir explorando empresarios y el gobierno de ambos países”. Explicó que se trata de inversiones en investigación espacial, construcciones, energía, petróleo, obras básicas de infraestructura, ingeniería, comercio y educación. Yang Yang expresó el deseo de su país de que se potencie el intercambio comercial bilateral que, según indicó, entre enero y agosto de este año alcanzó los 2600 millones de dólares, con un déficit para su país de 500 millones de dólares.
Probablemente el involuntario error del intérprete que tradujo del chino al español las respuestas de Yang Yang haya sintetizado, también involuntariamente, los ánimos del gobierno chino. El intérprete sostuvo que las versiones de la prensa sobre el nivel de inversiones eran “espantosas”. Ante las risas y los pedidos de aclaración, pidió disculpas y aclaró que las calificaba como “no muy razonables”.
El gobierno argentino también decidió bajar las expectativas. El ministro Fernández dijo que se debía “esperar y ver cómo avanza, evoluciona y culmina” el acuerdo, porque “no sabemos hasta dónde llega”. No obstante aclaró que habrá una “primera etapa” que se definirá durante la “visita del presidente” Hu Jintao, la semana que viene.
“Hay que ser cautos y pacientes, la Argentina se está recuperando. A partir del esfuerzo que hemos hecho para salir del default que heredamos, estamos abriendo nuestros puertos al mundo para ver de qué modo generamos la mejor relación comercial con muchos países, también con Oriente”, relativizó.