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Cerrado el capítulo del default argentino, en las finanzas internacionales parece que ya nada será igual. Así lo empezaron a interpretar algunos prestigiosos economistas internacionales, quienes aseguran que la reestructuración de la deuda cambió el escenario financiero en el ámbito mundial. Un Fondo Monetario mucho más débil, con una influencia marginal sobre los países, formará parte de ese nuevo esquema, de acuerdo con la visión de los teóricos.
Expertos como Jerome Sgard, del parisino Centro de Estudios Prospectivos y de Informaciones Internacionales (CEPII), evaluó ayer que “el nuevo rol del FMI será marginal”. Son las primeras repercusiones después del cierre del canje, que descuentan una adhesión de por lo menos el 75 por ciento. La información se divulgará esta tarde en la Casa Rosada.
Otro economista, esta vez Carlos Quenan, titular de la cátedra de Economía del Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL), dijo directamente que el FMI “salió mal parado” después del canje ya que apostó a un fracaso del gobierno de Néstor Kirchner.
Las primeras evaluaciones indican que así como a comienzos de los años ’90 los organismos internacionales ganaron legitimidad y poder en el denominado “Consenso de Washington”, ahora esas recetas neoliberales parecen quedar vetustas. El hecho de que en el extranjero se comience a hablar de un nuevo orden financiero internacional es toda una señal de que existe una profunda revisión de aquel pasado.
Quenan no sólo puso en tela de juicio el rol del FMI. También señaló que, tras el caso argentino, las próximas reestructuraciones necesitarán de una participación inferior a la que se reclamaba hasta ahora. “Este nuevo paradigma impedirá que una minoría de acreedores oponga un bloqueo a las negociaciones”, dijo el especialista. Quenan recordó que otras operaciones, como la rusa o la ecuatoriana, necesitaron una adhesión superior al 80 por ciento para dejar atrás el default.