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Las cuentas del Estado nacional cerraron julio con un saldo favorable antes del pago de intereses de 1836,8 millones de pesos, superando así en un 11 por ciento el resultado del mismo mes del año pasado y lo anticipado en diferentes pronósticos, que indicaban que se ubicaría entre 1000 y 1500 millones. “No hay desborde en las erogaciones, como plantean algunos economistas”, señalaron desde la Secretaría de Hacienda, respondiendo sin nombrarlos a quienes habían vinculado un supuesto aumento en los gastos con las actividades ligadas a la campaña electoral. En siete meses, el Estado nacional obtuvo un resultado fiscal neto (ingresos menos gastos) de 13.426 millones de pesos, casi al borde de lograr los 14.200 millones de superávit previstos para todo el año.
Roberto Lavagna cruzó ayer a los dirigentes agropecuarios que claman la eliminación de las retenciones a las exportaciones primarias, calificando de “visiones ideológicas” a esos planteos. El abultado ahorro fiscal es el resultado de ingresos por 10.638 millones de pesos y gastos por 8174 millones. El pago de intereses de la deuda en julio alcanzó a 157,6 millones de pesos.
Un análisis conjunto realizado por la Fundación Cippec y el Grupo Sophia detalla que, en buena medida, ello es consecuencia de la subestimación del crecimiento para el año y de la inflación, así como de la subejecución de las partidas de gastos. El crecimiento del PIB proyectado para el año en el Presupuesto fue del 4 por ciento, mientras que la inflación fue estimada en el 7,9 por ciento. Ambas variables se movieron por encima de las previsiones. “Al ampliar la base imponible, influyen positivamente en el comportamiento de los recursos tributarios, por lo que se espera que los ingresos finalmente recaudados superen a los previstos inicialmente”, señala el informe.
En lo que respecta al gasto, el análisis de la ejecución presupuestaria para el primer semestre (lo efectivamente erogado contra lo previsto) realizado por el Cippec y el Sophia da cuenta que, salvo en Deuda Pública y las partidas para infraestructura en Transporte y Vivienda, en todos los demás rubros se verifica una subejecución del gasto. En la primera mitad del año sólo se gastó el 45 por ciento de lo previsto para todo 2005 en Administración Gubernamental, en Defensa y Seguridad y en Comunicaciones. En Salud, apenas se gastó el 43 por ciento; en Agua Potable y Alcantarillado, el 37 y en Energía, Minería y Combustibles, 35 por ciento. De todos modos, tanto la subejecución de gastos como la subestimación de la inflación y el crecimiento resultaron este año menores a las diferencias observadas el año pasado para esta misma época. “En 2004 se registró una fuerte subestimación del crecimiento económico; si bien al mismo tiempo se sobreestimó la inflación, el primer efecto resultó más alto que el segundo, por lo que los ingresos recaudados superaron ampliamente a los presupuestados”, recuerda el informe.
En tal sentido, el mismo trabajo indica que “dado que el Presupuesto no contempla criterios que establezcan cómo asignar estos recursos excedentes y el Presidente tiene la atribución de modificarlo, una parte considerable de estos mayores ingresos se distribuyen de manera discrecional (...). A pesar de la mayor recaudación estimada, aún no se observan aumentos significativos del Presupuesto, aunque sí se registran redistribuciones en ciertas partidas”, señala.
Tal redistribución benefició, principalmente, a las áreas de Justicia y de Educación, que en conjunto se incrementaron en 550 millones de pesos respecto del presupuesto inicial, compensadas por disminuciones en el presupuesto de obra pública (Vivienda y Transporte disminuyeron 178 millones) y en las relacionadas con Defensa y Seguridad (63 millones) y en Relaciones Interiores (66 millones de pesos).