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Con 160 emprendimientos en marcha con una inversión global estimada en 1260 millones de pesos, sólo en el sector privado, la industria turística se puso en línea con lo que parece ser una de las mayores posibilidades de obtención de divisas para el país en los próximos años. El secretario del área, Enrique Meyer, estimó que, por captación de recursos, el turismo es ya el cuarto sector exportador de la Argentina, por delante de las ventas externas de carnes. La realización de esta semana en Iguazú de la Conferencia Mundial de Turismo y la alianza en vías de concreción con Brasil para desarrollar estrategias comunes de promoción a nivel internacional marcan el interés por darle trascendencia económica a esta “industria no tradicional”.
Pese a la prudencia con la que los funcionarios del área manejan las cifras, no ocultan que en sus perspectivas está seguir el camino de Brasil, que piensa duplicar en un período de cuatro años –habiendo arrancado con el plan en el 2003– sus ingresos externos por ese renglón (pasar de 4 mil a 8 mil millones de dólares). Para ello están buscando embarcar en el ambicioso proyecto a los responsables de turismo de todas las provincias del país, buscando expandir la oferta turística y ofreciendo, a cambio, un plan de diez años para el desarrollo de los distintos corredores turísticos del país.
De acuerdo con los comentarios de los responsables provinciales, algo se ha logrado: por primera vez se sienten partícipes de un proyecto nacional de turismo. Pero también señalan una falencia todavía no superada: falta coordinación con otras áreas de gobierno, especialmente Transporte, para superar cuellos de botella que siguen dejando afuera de una integración plena a una parte de los destinos turísticos posibles.
Brasil acaba de lograr uno de los lauros más preciados por los nuevos destinos turísticos del mundo, que es el de ser reconocido por China como “destino elegible”. Esto es, destino recomendable por parte de las agencias de viaje del país con mayor cantidad de habitantes del mundo, que se calcula que cuenta con una flamante “clase alta” de unos 50 millones de personas que salen anualmente a conocer el mundo. Wilfrido dos Mres, ministro de Turismo del gobierno de Lula, aseguró a Página/12 que su país está dispuesto a compartir con la Argentina el impulso que les da esa apertura. “Con el amigo Meyer venimos trabajando para encarar programas conjuntos de promoción turística, sobre todo en el mercado asiático, aunque recién estamos empezando”, respondió.
Su colega argentino apostó fuerte a conseguir reconocimiento internacional como país con un proyecto sustentable y confiable. Para ello, sumó a la Argentina al programa de Cuenta Satélite impulsado por la Organización Mundial de Turismo, una forma normatizada de medición del impacto económico del sector en cada país, cuantificando su contribución real al PIB, su participación en el consumo, el ingreso y el empleo y, en definitiva, su precisa distinción dentro de las Cuentas Nacionales.