ECONOMíA › TREPO A 3,03 PESOS, PERO POR AHORA EL BCRA NO INTERVIENE

Sube el dólar y el Central espera

Ganó otros dos centavos con respecto al día anterior y lleva acumulados 11 en el mes. Es su mayor valor en 14 meses, pero la autoridad monetaria no pierde la paciencia. Esperará unos días más y sólo si se dispara más arriba intervendrá en el mercado para estabilizarlo.

 Por Claudio Zlotnik

El dólar escaló otros dos centavos y ayer cerró en 3,03 pesos, el nivel más alto desde el 30 de agosto del año pasado. Algunos bancos de primera línea lo vendieron un centavo más caro. En lo que va del mes, la cotización acumula una suba de 11 centavos. La tendencia alcista se apoya sobre dos hechos que confluyeron en las últimas semanas: la salida de capitales, que también impacta en otros países de la región, gatillada por un cambio en el contexto financiero internacional y la menor liquidación de divisas por parte de los exportadores. A este panorama ayer se sumó que el Banco Nación compró dólares en el mercado. Esta operación, que recalentó el tipo de cambio, se realizó porque el banco oficial tuvo que juntar los billetes para pagar los Boden 2015 que suscribió anteayer.
En la víspera, el Banco Central volvió a ser espectador del mercado cambiario: no intervino. A esta altura del año, la autoridad monetaria debería estar comprando entre 15 y 20 millones de dólares diarios. No lo hace porque existe un incremento en la demanda de divisas.
La clave del encarecimiento del dólar está en el empeoramiento de las condiciones financieras internacionales. La expectativa a una mayor inflación en Estados Unidos y en Europa elevó las tasas de interés en esos países. En Wall Street, el rendimiento de los bonos a 10 años llegó a 4,55 por ciento anual, contra 4,40 de un par de días atrás. Estos mejores rendimientos en los mercados desarrollados incentivan la huida de divisas desde los emergentes.
Esa fuga se materializa mediante la venta de los mismos bonos que los operadores internacionales compraron frenéticamente algunas semanas atrás. Una vez que se hacen de los pesos, los cambian por billetes verdes y se mandan a mudar. La mayor demanda de dólares hace subir su cotización.
Hasta aquí, la descripción de lo que está sucediendo en la city. Ahora, las respuestas a algunas cuestiones.
u ¿Existe peligro de desborde? Terminantemente no. El Banco Central cuenta con 26.142 millones de dólares de reservas. Con vender una pequeña parte lograría bajar la cotización.
u ¿Por qué no lo hace? En el Gobierno están satisfechos con lo que está sucediendo. Por un lado, ahora hay volatilidad en un negocio financiero que venía siendo muy seguro para los operadores: hacían una inversión en pesos, esperaban un tiempo y luego recogían las ganancias. Una rentabilidad que se medía en dólares, ya que la paridad no se movía.
Por otra parte, la especulación es que el dólar bajará en las próximas jornadas. En los despachos oficiales estiman que este tipo de cambio incentivará a muchos grandes inversores a recorrer el camino inverso y se volverán a posicionar en divisas. Este concepto explica por sí mismo las conductas que suelen dominar a los mercados financieros: los operadores provocan una avalancha cuando se instala una tendencia, pero ese comportamiento puede invertirse pocas horas después.
En ese sentido, desde los despachos oficiales no se quieren apurar a tomar una decisión. Saben que una intervención a destiempo puede ser interpretada como una señal de debilidad por parte de los financistas, que potencie la escalada del dólar.
Lo más probable es que desde el Central aguarden que transcurran los días antes de tomar una decisión. Si el dólar sigue la escalada y se aleja de los 3 pesos en las próximas jornadas, recién ahí saldrían a vender para calmar las expectativas. El fantasma del Gobierno es que la trepada desemboque en remarcaciones adicionales de los precios, en el marco de un recalentamiento inflacionario. Ese escenario, admiten en algunos despachos, podría dar lugar a que los formadores de precios se aprovechen de la situación para agrandar sus utilidades sin ningún fundamento económico.
La sensación es que un pico en la paridad cambiaria no alterará la macro. Y que el escenario actual conlleva más ganancias que pérdidas. Después de mucho tiempo, en la city existe la convicción de un Banco Central que maneja la incertidumbre de los corredores. Una realidad que no existía durante la época de la convertibilidad.
Ahora también podría decirse que son el Gobierno y el Central los que contabilizan ganancias con el movimiento cambiario. En el año, las reservas se engrosaron en 6500 millones de dólares. Fueron dólares adquiridos a un precio promedio de 2,90 pesos. Quiere decir que ganó 10 centavos por dólar. En este “juego” financiero –nadie piensa que el BCRA salga a vender dólares para contabilizar una renta– el Estado se anotó una ganancia cambiaria de 650 millones de pesos.

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La cotización se clavó en 3,03 en la mayoría de casas de cambio, aunque otros vendieron a 3,04.
 
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