Los productores realizaron ayer su plaza del “No” en la localidad bonaerense de General Belgrano para seguir reclamando el levantamiento de la prohibición de exportar carne y marcar un claro contraste con el acto realizado por el Gobierno en Plaza de Mayo. Sin embargo, Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas y principal orador, prefirió un tono conciliador. “Esto de ninguna manera quiere confrontar con ninguna otra plaza, sino que lo que está buscando es la unidad como argentinos”, se apresuró a aclarar. Luego subrayó el “compromiso” de los productores para buscarle una salida al conflicto de la carne, y aseguró que los ganaderos quieren “una solución más allá de la protesta”. De este modo los principales dirigentes del campo continúan manteniendo distancia respecto del discurso de barricada que agitan “las bases” en lo que constituye una estrategia tendiente a presionar por un lado mientras se intenta negociar por otro.

Las protestas del campo se iniciaron el lunes 27 de marzo en la localidad bonaerense de Salliqueló donde tres mil productores se manifestaron contra el cierre de las exportaciones, oficializado el 13 de marzo en el Boletín Oficial. Los actos continuaron luego en Mercedes (Corrientes), Trenque Lauquen (Buenos Aires), Villa Mercedes (San Luis), 9 de Julio y Rauch (Buenos Aires), Río Cuarto (Córdoba), San Justo (Santa Fe), Coronel Suárez (Buenos Aires) y Santa Rosa (La Pampa). En los distintos mitines los productores propusieron realizar “camionetazos” de protesta, cerrar los puentes internacionales, montar una “Carpa Verde” en la Plaza de Mayo emulando la Carpa Blanca docente y, la que más adhesiones obtuvo, realizar un paro ganadero consistente en dejar de enviar carne al Mercado de Liniers. Sin embargo, hasta ahora la única medida concreta han sido las asambleas donde han venido haciendo catarsis colectiva contra la política oficial.

La demora en avanzar con otras medidas más radicales se debe a la prudencia de los dirigentes, quienes dudan del éxito que pudiera llegar a tener un paro en un contexto donde la opinión pública se manifiesta a favor del Gobierno en su cruzada contra la “patria ganadera”. Entre los que reclaman paciencia se encuentra Llambías, quien, si bien no se ha privado de criticar al Gobierno, manifiesta que el sector debe ganar consenso entre la sociedad a través de las asambleas para recién entonces endurecer el reclamo.

Ayer, el dirigente bonaerense surgido de Carbap, destacó que “el objetivo era hacer una plaza de la unidad donde podamos trabajar todos” y luego agregó que “más allá de las movilizaciones, los reclamos y las protestas queremos soluciones, y en ese sentido estamos todos comprometidos. Hay que tener un objetivo común que es ser una patria grande. Que desde General Belgrano empecemos a dar un paso pequeñito”.

El martes pasado en Santa Rosa, Llambías había llamado la atención de los presentes agitando el fantasma de la expropiación al señalar que “hoy estamos preocupados por la carne, la leche y el trigo y mañana vamos a estar preocupados por la tenencia de la tierra”.

A diferencia de la mayoría de los dirigentes, los productores que conforman “las bases” se muestran cada vez más exaltados. En los distintos actos realizados desde la prohibición de exportar se vieron carteles menos conciliadores con frases como “vamos camino a convertirnos en Venezuela”, “el Gobierno es demagógico y cortoplacista”, “esta es tierra de vacas, no de pingüinos”, “salvemos las vacas del pingüicabra” y “la ganadería se muere”.

El jueves de la próxima semana se comenzará a definir la viabilidad del paro nacional en la reunión que tendrá el Consejo Directivo de Carbap. Si esa entidad aprueba la huelga, la segunda instancia será el plenario de CRA, previsto para el 14 del de junio, aunque los dirigentes coinciden que esa segunda fecha podría adelantarse si Carbap votara por el sí al paro.