Viernes, 20 de octubre de 2006 | Hoy
El ministro Carlos Tomada lo aseguró en el encuentro de los industriales. Dijo que quiere que se cumplan las actuales leyes.
Por David Cufré
Desde Córdoba
Los proyectos de reforma laboral que impulsa el diputado oficialista Héctor Recalde no cuentan con apoyo del Gobierno. Esas iniciativas, que apuntan a dejar sin efecto las medidas flexibilizadoras de los noventa, “no son prioridad”. Así lo dijo ayer, para satisfacción de la Unión Industrial Argentina, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. “Nuestra prioridad es que se cumplan las leyes vigentes y con esto creo que soy claro”, lanzó, sobre el final de su discurso en la conferencia de la central fabril. Unos 200 empresarios lo escuchaban con atención. Daniel Funes de Rioja, representante de la UIA en materia de empleo, saludó lo que fue “una definición importante”.
La deserción de Hugo Moyano de la conferencia, a raíz de los incidentes en la quinta San Vicente, no disminuyó el interés de los industriales por el último panel de ayer. Son varios los temas laborales que figuran al tope de la agenda de los empresarios. Entre ellos, la reforma a la ley de Riesgos del Trabajo y el rechazo a las propuestas reguladoras de Recalde. Además, los miembros de la UIA empiezan a despuntar cuál sería el acuerdo salarial posible para 2007, que imaginan con aumentos en torno del 13 por ciento.
La presencia de Tomada, entonces, era el plato fuerte del día. El ministro ofreció un extenso discurso, que guardó lo más impactante para el final. “Me preguntan por el tema normativo”, arrancó, en referencia a los comentarios críticos que previamente había hecho Funes de Rioja sobre los proyectos en el Congreso. “Nuestra preocupación es que se cumplan las leyes vigentes. No tenemos otras prioridades”, agregó el ministro. Y repitió: “Nuestra preocupación son las leyes vigentes y con esto creo que soy claro”.
En los hechos, el Gobierno dejó de respaldar las propuestas de Recalde hace algunos meses, cuando avanzó con la política de acuerdos de precios con numerosos sectores empresarios. Fue una moneda de cambio de aquella negociación. Y ahora que Guillermo Moreno está encarando la renovación de los convenios, Tomada ratifica el compromiso de congelar las iniciativas que procuraban retrotraer las normas de flexibilización laboral menemista.
Los industriales quedaron mucho más entusiasmados con esa definición que con la respuesta del ministro sobre la ley de ART. Tomada concedió que “existe una demora” en el envío del proyecto al Congreso, pero la justificó en la necesidad de alcanzar “el mayor consenso posible”. “Hemos logrado construir consensos, como que la nueva ley debe responder a la Constitución, que debe mejorar las indemnizaciones por accidentes y que debe dar certidumbre jurídica”, mencionó, sin avanzar más respecto de cuándo finalmente la propuesta llegará al Parlamento y si habrá o no doble vía excluyente (que el trabajador deba optar entre la indemnización de la aseguradora o la acción civil, como piden los empresarios).
Héctor Méndez, presidente de la UIA, había dicho previamente, en una charla con periodistas, que la ley de Riesgos del Trabajo “es una obsesión” para los industriales. En su discurso, Tomada recordó que la ley anterior “recibió 25 tachas de inconstitucionalidad”.
Otros dos temas que desplegó el ministro fueron la reformulación del sistema de pasantías y la creación de un nuevo régimen de mediación para los conflictos laborales. En el primer caso, se trata de un proyecto que está en el Congreso, avalado por el Ejecutivo, que reduce de 4 años a 6 meses el plazo para ese sistema de contratación. “Las pasantías son necesarias, pero sin fraudes”, afirmó. La segunda cuestión es una iniciativa que estudia la cartera laboral para “ir más allá de la conciliación obligatoria” cuando se produzcan conflictos entre trabajadores y empresas.
Además de Tomada y Funes de Rioja, participó del panel Juan Carlos Schmid, secretario general del Sindicato Dragados y Balizamiento. Fue en reemplazo de Moyano y también de José Luis Lingeri, que era el candidato que primero había postulado el camionero ante los empresarios para que lo cubriera en el acto. Schmid habló cinco minutos. Empezó pidiendo disculpas por la ausencia del jefe de la CGT y terminó igual. En el medio, sostuvo: “Lo mejor que nos puede pasar a los trabajadores es tener patrón”, lo que sorprendió y agradó al auditorio. Pero mayor aprobación consiguió cuando ofreció un esquema “de concertación con todos los sectores de la vida nacional”.
Méndez, cuando terminaron los discursos, tomó el guante y le agradeció la oferta, que coincide con un anhelo frustrado de los industriales, que es avanzar con el “diálogo social”. La UIA considera que Moyano siempre jugó en contra de esa opción. Las palabras de Schmid reforzaron las especulaciones sobre una eventual salida de Moyano de la conducción de la CGT y sobre un posible cambio de esa entidad respecto de su propuesta de “pacto social”.
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