Viernes, 20 de octubre de 2006 | Hoy
Los decanos aún no acuerdan un gobierno compartido para la UBA. Los estudiantes de izquierda reiteraron su rechazo a la asamblea.
Por Javier Lorca
Las negociaciones para encontrar un candidato de consenso para el rectorado de la UBA se mantienen en suspenso. Los dos bloques que disputan la conducción de la universidad intentan acordar una candidatura común desde el mes pasado –como ya se informó–, pero no logran diseñar la conformación concreta de un gobierno de transición. La última alternativa analizada proponía al decano de Veterinarias, Rubén Hallú, como rector, y al decano de Arquitectura, Jaime Sorín, como vicerrector. Esta semana, la fórmula fue vetada por los sectores radicales del bloque mayoritario y se decidió seguir discutiendo las próximas semanas. “No hay un retroceso, pero las discusiones ahora están estancadas”, reconoció uno de los operadores. En cualquier caso, el conflicto de fondo subsistirá: la federación estudiantil (FUBA) anticipó ayer que se opondrá a una “variante que surja de la actual camarilla de profesores” porque “sería un acuerdo alcanzado a espaldas de los estudiantes y docentes”.
Después de los sucesivos reacomodamientos ocurridos desde mayo –cuando la izquierda estudiantil frustró el primero de los cinco intentos de asamblea para elegir rector–, la última foto del escenario político de la UBA mostraba dos grandes bloques, muy parejos. Con ligera ventaja, el conformado por consejeros radicales, peronistas y aliados de las facultades de Derecho, Farmacia, Económicas, Psicología, Odontología, Ingeniería y Veterinarias, con Alberto Boveris como candidato a rector. Por otro lado, el grupo de consejeros de centroizquierda, peronistas e independientes, con base en Medicina, Ciencias Sociales, Arquitectura, Filosofía y Letras, Ciencias Exactas y Agronomía, y con Alfredo Buzzi como postulante.
En septiembre se iniciaron los diálogos para construir un gobierno conjunto, entablados por una comisión de decanos de ambos grupos. La negociación fue propuesta por los decanos de Económicas, Veterinarias y Odontología al grupo construido en torno de Buzzi. Y se facilitó cuando la mayoría aceptó compartir líneas programáticas del otro espacio: la reforma del estatuto universitario, el reclamo de un incremento presupuestario, los posgrados gratuitos, la renta para los docentes ad honorem, la extensión dirigida a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, entre otras políticas.
Con esa base se abrió la discusión de los nombres. Primero se habló de encontrar una figura distinguida como candidato a rector. Luego analizaron nombres menos famosos pero con vínculos en ambos grupos, e incluso con el Gobierno. Finalmente se decidió que el postulante debía ser uno de los propios decanos. El acuerdo preliminar –que ahora está en cuestión– indicaba que el bloque mayoritario elegiría el nombre del futuro rector y el otro grupo, el del vice. Con respecto al gabinete de gestión se resolvió consensuar funcionarios que no generen rechazo de ningún sector, respetando el siguiente reparto: la mayoría administraría las secretarías General (sería para un graduado de Derecho), de Hacienda (para Económicas), Ciencia y Técnica (para Farmacia o Ingeniería) y Extensión (para Psicología), mientras que las secretarías de Asuntos Académicos y de Planificación (por crearse) quedarían en manos del otro grupo.
“Estamos buscando una salida más institucional que política. La idea sería sacar a la UBA de la crisis con un gobierno de transición lo más amplio posible –contó un decano–. Pero el acuerdo no pudo definirse todavía.” Las principales objeciones a la fórmula Hallú-Sorín partieron del bloque de radicales y peronistas, donde no convence el nombre de Sorín (en ese rechazo pesan la interna de Arquitectura y otras variables políticas) y tampoco quieren que se fuerce la renuncia del actual vicerrector, Aníbal Franco. “Aceptamos conformar una gestión compartida, pero es inaceptable que la minoría condicione nuestro candidato a rector y además quieran poner al vice”, dijo un graduado radical. Un graduado del mismo bloque, pero independiente, retrucó: “No sé por qué se paró todo. Tal vez a los radicales no les cerró que rector y vice fueran peronistas. Pero es la única fórmula viable y la oportunidad es ahora. Si la asamblea no se hace antes del 30 de noviembre, todo pasa para el 2007”.
El Ministerio de Educación apoya el intento de salida consensuada. En la UBA se rumorea que, si hay rector antes de fin de año, habría también un importante refuerzo presupuestario. El problema que sigue sin resolución a la vista es la oposición de la izquierda estudiantil a una elección de rector previa a la reforma estatutaria. “Cualquier variante que surja de la actual camarilla de profesores sería reaccionaria –dijo Juan Pablo Rodríguez, copresidente de la FUBA, en diálogo con Página/12– y sería un acuerdo alcanzado a espaldas de los estudiantes y docentes. Quedó claro la semana pasada, cuando intentaron presentar las carreras ante la Coneau para avanzar en la privatización de la universidad.”
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