La aerolínea alemana de bajo costo LTU manifestó ayer su interés en comprar Air Madrid, la compañía hispana de la misma categoría cuya actividad está suspendida desde el 15 de diciembre. Mientras se define la suerte de esta empresa, funcionarios del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero tendrán que explicar ante el Congreso cuál fue su competencia en la crisis que dejó varados a miles de viajeros latinoamericanos.

Jürgen Marbach, gerente general de la compañía germana, conversará informalmente hoy en Madrid con autoridades de Air Madrid sobre la posibilidad de ingresar en ella. LTU estuvo también en serios problemas económicos hasta febrero pasado, cuando el dueño de otra aerolínea que opera bajo la modalidad de low cost, DBA, Has Rudolf Wöhrl, compró el 60 por ciento.

A la firma germana le interesa la conexión con los destinos de Latinoamérica que tejió Air Madrid durante sus tres años de operación, así como el hecho de que su flota esté integrada por Air Bus, lo que les permitiría a los alemanes mantener la homogeneidad del parque de aviones, con la consiguiente economía de costos.

Pedro Solbes, ministro de Economía español, confirmó ayer que el auxilio estatal a los viajeros que quedaron varados terminó definitivamente el 21 de diciembre. Hasta entonces, el Ministerio de Fomento logró transportar a unos 5400 viajeros, equivalentes al 20 por ciento de los que quedaron con los tickets aéreos y sin poder viajar.

La titular de esa cartera, Magdalena Alvarez, irá hoy al mediodía a un plenario de Diputados para explicar cuál fue la acción del Estado en este tema. La intención es responder a los cuestionamientos de la oposición, que le endilga al gobierno no haber hecho lo apropiado para evitar la crisis. La embestida proviene tanto de los representantes del Partido Popular, que capitalizaron públicamente el conflicto solidarizándose con los desairados, como de Izquierda Unida, que recrimina la falta de firmeza ante la inconducta de la compañía aérea.