La balanza comercial registró en abril un superávit de 1122 millones de dólares, un 18 por ciento menos que en igual mes del año pasado. Mientras las exportaciones aumentaron un 9 por ciento, fundamentalmente por la mejora de los precios internacionales, las importaciones subieron un 23 por ciento, motorizadas por las altas tasas de crecimiento económico. La reducción del superávit comercial no preocupa en el Ministerio de Economía: no sólo porque el saldo anual sería igualmente positivo en unos 10 mil millones de dólares, sino también porque si hay algo que sobra en el mercado cambiario local son dólares.

En abril, las exportaciones alcanzaron los 4261 millones de dólares, un nuevo record histórico para el mes. Pero del 9 por ciento de incremento en las ventas al exterior, 8 puntos se explican por los mejores precios internacionales y sólo un punto por un aumento en el volumen exportado. En cambio, del lado de las compras todo el incremento corresponde a cantidades importadas, ya que los precios se mantuvieron estables. El índice de “términos del intercambio” –la relación entre los precios de las importaciones y las exportaciones– continúa mejorando en favor de las ventas argentinas.

Con este resultado, el primer cuatrimestre cerró con un superávit comercial de 2974 millones de dólares, un 24 por ciento menos en relación con igual período del 2006. Entre enero y abril, las exportaciones aumentaron un 10 por ciento, llegando a los 15.272 millones, mientras que las importaciones se acrecentaron un 24 por ciento, alcanzando los 12.298 millones.

El aumento de las exportaciones durante abril estuvo impulsado por los productos primarios (23 por ciento), entre los que se destacan cereales y “desperdicios de la industria alimenticia”, lo cual se explica en gran parte por una mejora de los precios del 19 por ciento. A su vez, las manufacturas de origen agropecuario crecieron un 20 por ciento, gracias a una suba de precios del 15 por ciento. Y las exportaciones de manufacturas de origen industrial se elevaron un 5 por ciento, lo cual se explica en su totalidad por una mejora de los precios de igual proporción. En cambio, las exportaciones de combustibles y energía cayeron un 24 por ciento, como consecuencia de la obligación de abastecer a una demanda interna en permanente alza. Por el lado de las importaciones, las mayores compras de bienes intermedios y piezas y accesorios para bienes de capital explicaron el 66 por ciento del incremento.

El año pasado, el superávit comercial fue de 12.300 millones de dólares. Para este año en Economía estiman que rondarían unos 10 mil millones. “Es igual un muy buen resultado”, afirmó semanas atrás Felisa Miceli. Sin embargo, en el equipo económico admiten que todavía falta sumar valor agregado a las exportaciones.