ECONOMíA › PROCESAN Y EMBARGAN A PIGNANELLI EN LA CAUSA DEL BANCO MEDEFIN
Su pasado lo procesa y lo embarga
Por ahora no lo condena, pero ya le representó un embargo de un millón de pesos sobre sus bienes. Es por su actuación como director del BCRA en la “ayuda” y posterior cierre del Medefin.
Por Susana Viau
Por decisión del juez federal Sergio Gabriel Torres, fue procesado por “administración infiel” y embargado en un millón de pesos el presidente en funciones del Banco Central, Aldo Pignanelli. La resolución se adoptó en el marco de la investigación de ilícitos relacionados con el ex banco Medefin UNB, cerrado a mediados de 1998. También procesados y con embargos que oscilan entre los 300 mil y 10 millones de pesos resultaron Pedro Pou, Miguel Angel Ortiz, Manuel Domper, Marcos Saúl, Aldo y Mario Dadone, Hugo Gaggero, Martín Lagos, Horacio Chighizola, Lisandro Barry y Julio Dentone, entre otros altos cargos del BCRA, del Banco Nación y del Banco Ciudad. A la lista se agregan, asimismo, los directivos de Medefin. Tanto el BCRA como el Nación y el Ciudad direccionaron hacia el Medefin préstamos y redescuentos por doscientos millones, demasiados para un banco con una sola casa, pocos clientes y menos empleados, dándose el caso de que, en garantía, las entidades oficiales aceptaron hipotecar dos veces un mismo activo.
Cuando el BCRA le revocó la autorización para operar, el escándalo superó los límites de la city porteña: el banco Socimer, controlante del Medefin, estaba siendo investigado de manera paralela en España por irregularidades cercanas a los cien millones de dólares, una cifra que llamó la atención de los peninsulares puesto que era “igual a la que el BCRA le reclamaba para eliminar el déficit patrimonial del Medefin”. De Socimer era accionista mayoritario un importante grupo empresarial, Transáfrica, propiedad, a su vez, de la suiza André, que en Argentina manejaba una poderosa compañía exportadora: La Plata Cereal.
Pero ninguno de estos influyentes inversores se condecía con las dimensiones de Medefin. Una realidad que se puso en evidencia con el crash. Un solo millón de pesos (dólares en el ‘98) alcanzó para indemnizar a la plantilla; apenas catorce depósitos superaban los 130 mil y representaban cien millones. Pero de esos 100 millones, 72 correspondían a la vinculada Socimer. Para resarcir a los depositantes de menos de 130 mil bastaron cuatro millones. Eso sí, tenía una virtud excepcional: era el segundo banco privado que más prestaba al Yoma Group y el que canalizaba los fondos con que el Nación beneficiaba a la curtiembre. Además, en el directorio del Medefin revistaban Fernando Mayorga (amigo de Pou y pariente del ex secretario de Turismo menemista Francisco “Paco” Mayorga) y Vicente Gallo, hermano de Nicolás Gallo, dilecto integrante del entorno delarruista.
Citado a indagatoria, Pignanelli –quien a causa de este inoportuno procesamiento puede ver obstaculizada la aprobación de sus pliegos en el Senado– deslindó responsabilidades en dos de sus correligionarios del CEMA: todo, dijo, “se firmó de acuerdo a lo que asesoró la superintendencia (...). En ese momento, el superintendente era Miguel Angel Ortiz y el vicesuperintendente Javier Bolzico”.