Martes, 29 de enero de 2008 | Hoy
ECONOMíA › CUNDIO EL TEMOR TRAS OTRA CAIDA EN ASIA Y EUROPA
En una nueva exhibición de debilidad, el mercado volvió a temblar cuando las bolsas asiáticas, con caídas de hasta el 7 por ciento en Shanghai, arrastraron en las primeras horas a las europeas. La Reserva Federal estudia otra baja de tasas. El BCE no la acompaña. Más signos de recesión.
Los cierres en las bolsas asiáticas y el arranque en Europa presagiaban una reedición del “Lunes Negro” de la semana anterior. En Japón, el índice Nikkei había caído 4 por ciento y en China, el derrape había alcanzado al 7,2 por ciento. Bajo el pesimismo de los inversores, los recintos europeos mostraban bajas de 2 por ciento en promedio. En la media mañana argentina, la presión de los financistas para lograr una nueva rebaja de la tasa de interés internacional se hacía evidente. Más tarde, y con la previsión de que la Reserva Federal (banca central estadounidense) volverá a disminuir el costo del dinero, Wall Street terminó con subas, tendencia positiva que se contagió a América latina. Nuevo record en el precio del oro.
En Wall Street, el índice Dow Jones terminó con una mejora del 1,5 por ciento mientras que el panel tecnológico Nasdaq avanzó un uno por ciento. El SP 500, que abarca al medio millar de compañías más grandes de los Estados Unidos, subió 1,8 por ciento. En Buenos Aires, el MerVal ganó 1,1 por ciento y el Bovespa de San Pablo, el 2,0 por ciento.
Luego de varias horas de fuertes retrocesos, los mercados financieros cambiaron la tendencia cuando en Europa se supo que esta mañana se reunirán los líderes de la región para evaluar la crisis con epicentro en los Estados Unidos. El encuentro, no obstante, serviría para darle un fuerte respaldo político al presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, en su postura de mantenerse ajeno a lo que sucede en Estados Unidos y no bajar la tasa de interés. Esa decisión es mal vista por los operadores, que preferirían un salvataje a los bancos antes que privilegiar la cuestión inflacionaria, como ya declaró Trichet.
Las perspectivas en Estados Unidos lucen diferentes. El consenso entre los analistas de los principales bancos de inversiones de Nueva York es que la Reserva Federal aplicará una baja de la tasa. La mayoría cree que el recorte será de medio punto, lo que llevaría el costo del dinero al 3,0 por ciento anual.
De concretarse esa medida sería un hecho inédito. Hace una semana, Ben Bernanke, presidente de la FED, concretó una rebaja de tres cuartos de punto, en una decisión sorpresiva, fuera de agenda. Los movimientos de la Reserva Federal son un reflejo de la crisis por la que atraviesa la economía estadounidense. Si bien hasta el momento no hubo indicadores que constataran que ya haya ingresado en una recesión, el impacto de la crisis sobre los balances de los bancos obligó a la FED a tenderles una mano a los financistas. Las entidades financieras estadounidenses ya declararon quebrantos por 100 mil millones de dólares a consecuencia de la crisis de los créditos basura (subprimes), y en Wall Street estiman que el agujero alcanzaría a los friolera de 300 mil millones. Semejantes pérdidas tendrán un efecto nocivo sobre el resto de la economía.
Ayer se conoció otro indicador que da cuenta de la debilidad económica. La venta de viviendas nuevas en Estados Unidos cayó a su peor nivel en los últimos 12 años, en diciembre. El retroceso fue del 4,7 por ciento respecto de noviembre. Y de nada menos que el 40,7 por ciento en relación a un año atrás, a un ritmo anual de 604 mil viviendas colocadas. Hacía 27 años que las ventas de propiedades nuevas no estaban en un escalón tan bajo. Esta nueva señal de la profundidad de la crisis inmobiliaria alimenta las expectativas de una nueva flexibilización de la política monetaria en Estados Unidos.
Este desempeño fue acompañado de una sensible caída de los valores. Una vivienda a estrenar en los Estados Unidos cuesta ahora un 10 por ciento más barato que hace 12 meses, en promedio. El porcentaje luce escaso en relación con lo que se habían encarecido. En los últimos cuatro años, los precios se duplicaron, y es por ese motivo que hay analistas de Wall Street que piensan que el ajuste de las propiedades continuará, y producirá un efecto pobreza más elocuente entre la población.
El ministro alemán de Finanzas, Peter Steinbruck, se suma a los que piensan que las turbulencias en los mercados financieros proseguirán, al menos en el corto plazo. “La situación en los mercados continuará precaria y nos ocupará a lo largo del año 2008”, apuntó el ministro germano. El funcionario se mostró pesimista, a pesar de la estrategia agresiva de la Reserva Federal y del paquete de estímulo fiscal enviado por George W. Bush al Congreso: aseguró que el debilitamiento de la economía estadounidense resentirá el ciclo económico en Europa en general y en Alemania, en particular.
La tensión en los mercados impulsó la cotización del oro, que es apreciado como un refugio en medio de las tormentas y el debilitamiento del dólar. La onza se cotizó ayer en un valor record, a 924,20 dólares.
Pese al contexto, los bonos de la deuda argentina tuvieron una jornada positiva, en especial aquellos nominados en pesos: el Discount subió 0,7 por ciento; el Par, el 1,0 por ciento y el Bogar con vencimiento en 2018 avanzó también un 0,7 por ciento.
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