La ciudad, de a poco, se está poniendo a tono con la crisis energética y la necesidad de ahorrar energía. Y empezó por los semáforos: este mes comenzó un plan para reemplazar las lámparas en 300 esquinas de la ciudad, no por las ya conocidas de bajo consumo sino por una nueva tecnología, denominada LEDs, que a nivel doméstico son las que resplandecen eternamente en los aparatos de TV, video y PC cuando están en stand by. Después de hacer una prueba piloto, las autoridades concluyeron que si bien su costo es superior al de las lámparas comunes, el consumo es siete veces menor y la duración supera a veces los diez años.

Se trata de los diodos emisores de luz de estado sólido, una nueva tecnología de iluminación, distinta de las lámparas incandescentes y los tubos fluorescentes. La primera experiencia en la ciudad se llevó a cabo a lo largo de la Avenida de Mayo, desde Perú hasta Carlos Pellegrini: allí se colocaron semáforos conformados con decenas de puntitos luminosos rojos, amarillos y verdes, la generación más vieja de LEDs. Luego se colocaron en otras esquinas de la ciudad: avenida La Plata y Rosario, y Pueyrredón y Beruti.

Los nuevos equipos, a diferencia de los primeros, ya no tienen los diodos a la vista, sino que están ubicados dentro y se reflejan mediante un sistema de espejos. Después de comparar ambas tecnologías –y certificar la experiencia por un escribano público– se llegó a la conclusión de que las lámparas tienen alta eficiencia lumínica, consumen siete veces menos que las incandescentes y tienen mayor duración, por lo que disminuye el costo de mantenimiento.

“En esas condiciones, se pueden amortizar en tres años a partir de su instalación”, dijo a Página/12 el director general de tránsito de la Ciudad, Oscar Fariña.

Los nuevos equipos se alimentan con 220 volts, pero consumen mucho menos que los comunes. “Si una lámpara común consume 100 watts por hora, los LEDs gastan 16 para dar la misma intensidad de luz, aunque más brillante”, precisó Fariña. Y si las lámpara tienen una duración promedio de 1000 a 4000 horas (en el caso de las reforzadas), las nuevas pueden extender su vida por encima de las 100.000 horas. Como consecuencia de estas características, el costo de mantenimiento de semáforos –actualmente concesionado a una empresa privada– disminuye unas 30 veces.

El Ministerio de Desarrollo Urbano ya instaló semáforos con LEDs en 50 esquinas, de las más transitadas de la ciudad. “En una primera etapa, este año pensamos instalar en una 300 intersecciones, de las 3800 que tiene la ciudad”, informó el director de Tránsito. La tarea no es menor si se tiene en cuenta que cada cruce tiene entre cuatro y doce semáforos, lo que hace un total de 40 mil unidades en toda la ciudad. La tarea ya comenzó en las avenidas 9 de Julio y Del Libertador.

Según Fariña, el costo de un semáforo nuevo con tecnología LEDs es de unos 2000 pesos, contra 900 de los tradicionales. En el mercado existen diodos con tecnología europea, china y estadounidense. Buenos Aires optó por esta última.

Otra novedad que está en etapa experimental es la instalación de unidades de provisión de energía alternativa, las denominadas UPS, que utilizan los sistemas informáticos para esquivar los cortes de energía. Estos equipos, instalados hasta ahora en esquinas críticas como Rivadavia y José María Moreno, apuntan a que los semáforos continúen funcionando aun cuando hay cortes de energía. “Cuando trabajan con LEDs, estos equipos tienen una autonomía mucho mayor, de aproximadamente 24 horas, sin que se desincronice el sistema”, explicó Fariña.

Los semáforos de la ciudad están conectados a la red eléctrica de Edesur y Edenor. No hay medidores para registrar el consumo total, pero la ciudad paga un estimativo, que por lo general se compensa con lo que las empresas distribuidores deben abonar en concepto de impuestos a los Ingresos Brutos.