Argentina envió ayer una carta al director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, en la que le advierte que no seguirá negociando en la Ronda de Doha a menos que los nuevos textos no recojan sustancialmente la posición de los países no desarrollados. Los jefes de los grupos que negocian en la OMC la liberalización del comercio agrícola y de productos industriales presentaron ayer sendas propuestas que, pese a las expectativas, no aportan nuevas ideas frente a los textos precedentes de hace siete meses.

“No hay grandes sorpresas”, reconoció el jefe negociador del área agrícola y embajador de Nueva Zelanda, Crawford Falconer, quien aseguró que su documento busca “reflejar las convergencias” entre los 151 países miembro de la organización. El texto de Falconer aborda asuntos muy sensibles como los recortes de subsidios agrícolas, rebajas arancelarias que permitan un mayor acceso a los mercados y la supresión de ayudas a las exportaciones. Similar es la situación que se da con los productos industriales. El texto presentado sobre el tema, al igual que con los productos agrícolas, expone las propuestas que son fundamentalmente las mismas que las del documento de julio de 2007.

La Ronda de Doha se negocia desde noviembre de 2001 y fue lanzada con el objetivo, al menos formal, de liberalizar el comercio mundial en aras de ayudar a los países no desarrollados. Aunque debía culminar en 2004, las discrepancias entre bloques de países han retrasado una y otra vez su finalización hasta sumergirla en una parálisis parcial desde 2006.

El documento presentado ayer por Argentina no fue dado a conocer públicamente por la Cancillería. Según fuentes oficiales, la próxima semana se llevará a cabo una conferencia de prensa para desarrollar el tema y entre hoy y mañana se difundirá un comunicado al respecto.

De todas formas, trascendieron algunos puntos que se incluyen en el escrito. Argentina señala con disconformidad que la primera versión del texto sobre productos industriales presentada el 17 de julio fue rechazada por numerosos miembros, “dado que los coeficientes y las flexibilidades arancelarias allí contemplados no reflejaron debidamente las disparidades en la posiciones de los miembros de las discusiones”. Además, se asegura que el texto “dejó de lado los requerimientos de un importante número de países en desarrollo”. En este tono de disconformidad general, Argentina advierte con su retiro de la Ronda.

Con esto, las negociaciones de Doha, que ya estaban trabadas, reciben un nuevo revés. Resta saber para los próximos días el desenlace de la advertencia argentina y el eco que se pueda generar entre los restantes países con similares reclamos.