La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de la ONU y ex secretaria adjunta de Estado de Asuntos Económicos y Agrícolas de Estados Unidos, Josette Sheeran, criticó ayer las retenciones que se aplican en Argentina, que según dijo “no alimentan a los hambrientos, sino que alimentan la crisis” a nivel global. Sin presentar demasiados argumentos, Sheeran sostuvo que las retenciones pueden desincentivar la siembra y agravar la crisis en el resto del mundo. Para la funcionaria, Argentina, China y Vietnam son algunos de los países cuyas restricciones a la exportación perjudican al resto de la comunidad internacional.

Más allá de las duras críticas de la directora del PMA, en Argentina la superficie sembrada creció 15 por ciento respecto de 2002 y la producción de trigo aumentó 18 por ciento, la de soja 37 por ciento y la de maíz 45 por ciento. Respecto del promedio de los ’90, la superficie sembrada trepó 67 por ciento, mientras que las producciones avanzaron 241 por ciento la de soja, 72 la de maíz y 32 la de trigo. En los ’90 no había retenciones, pero la superficie sembrada y la producción eran inferiores a las actuales.

Sheeran le restó importancia a que las retenciones sirvan para que los precios de los alimentos no se diparen en Argentina. La solución que planteó frente a esa situación fue la de otorgar subsidios directos a los pobres, aunque sin medir el doble impacto fiscal para el Estado, por mayores gastos y menor recaudación.

Por su parte, la Cepal advirtió ayer que un aumento del 15 por ciento en el precio de los alimentos generaría en la región 15 millones más de indigentes. Las alarmantes cifras “mejoran” si se considera que los ingresos de los hogares suben un 5 por ciento, en ese caso “alrededor de diez millones de personas pasarían a la indigencia. Un contingente similar pasaría a la condición de pobres. Esto sin contar con el agravamiento de la situación social de las personas que previo a estos aumentos ya vivían en la pobreza e indigencia”.

Con pocas precisiones y sin propuestas, el director del FMI, Dominique Strauss-Kahn sostuvo que “en las revueltas del hambre, lo peor, por desgracia, está quizás por delante de nosotros” y calculó que “cientos de miles de personas van a ser afectadas”. “La historia está llena de guerras que han comenzado a causa de problemas de este tipo”, recordó. Y dijo que los biocombustibles producidos con alimentos plantean “un verdadero problema moral”.