El costo de la canasta alimentaria se redujo en agosto 0,9 por ciento respecto del mes anterior y acumula una caída de 0,7 desde principios de año, según difundió ayer el Indec en otro polémico informe. De esta manera, una pareja con dos hijos requirió de 438,89 pesos, incluso 3,14 menos que en igual mes del año pasado, para no caer debajo de la línea de pobreza. El organismo informó además que la canasta básica total bajó también 0,9 por ciento. Con estos números, obviamente, la cantidad de pobres e indigentes se redujo respecto del año pasado.

La información vuelve a dar lugar a la polémica. Según el relevamiento sobre la canasta básica de alimentos, entre agosto del año pasado y este último no hubo incremento de precios, sino deflación. La CBA se ubicó incluso por debajo de lo que se registraba en agosto del 2007, cuando el mismo núcleo familiar requería de 442,03 pesos para adquirir la cantidad mínima de alimentos que garantiza la subsistencia.

La explicación de la conducción del Indec es que las bajas en las canastas se deben a una disminución del precio de la carne, producto de un aumento de la oferta, y de la “mejora” en la captación de la muestra respecto del año pasado (ver nota central).

La canasta básica total, que además de alimentos reúne algunos gastos de transporte e indumentaria, también bajó 0,9 por ciento. Así, el grupo familiar necesitó de 966,03 pesos para no caer en la pobreza. En este caso, el valor se incrementó un 2,12 por ciento por sobre los 945,95 pesos de agosto de 2007. Es decir que en transporte e indumentaria, a diferencia de los alimentos, sí hubo un “leve incremento en los precios”.

De acuerdo con el órgano oficial, hubo alzas de 2,4 por ciento en frutas; 1,8 en productos lácteos y huevos; 1,4 en azúcar y miel; y 0,4 en panificados. Pero lo compensaron bajas de 1,5 por ciento en verduras; 1,3 en aceite y grasas, 0,5 en carnes y 2,1 en bebidas e infusiones para consumir en el hogar.

A partir de esta situación, a fines de marzo pasado, el 20,6 por ciento de la población era pobre, de los cuales 5,9 eran indigentes. Estas cifras están por debajo de 23,4 y 8,2 por ciento, respectivamente, de mediados del 2007.