La aseguradora AIG, que necesitó un préstamo de 85.000 millones de dólares de la Reserva Federal para sobrevivir, anunció su intención de desprenderse de algunos activos para poder pagar el crédito público y modificar su estructura de capital. El director ejecutivo de la compañía, Edward Liddy, manifestó que el objetivo es “concentrar la atención en divisiones de negocio que han sido tradicionalmente sólidas y que demostraron ser atractivas para potenciales compradores”. Es decir que se concentrará en seguros sobre propiedad y por accidentes, con el fin de conseguir suficiente liquidez. El año pasado, esta unidad representó para AIG 40.000 millones de dólares. “Nuestro objetivo es salir de este proceso como una compañía más pequeña pero ágil, firmemente rentable y con buenas perspectivas de crecimiento a largo plazo”, señaló Liddy. Las acciones de AIG se revalorizaron un 13,5 por ciento y se negociaron a 4,54 dólares por título. Hasta el 30 de septiembre, la empresa utilizó 61.000 millones de dólares del total de fondos puestos a disposición por la FED.