El gobierno español aprobó ayer un fondo de 30.000 millones de euros, que puede ampliarse a 50.000 millones, para apoyar a los bancos. El plan comenzará a funcionar en las próximas semanas y busca reabrir el flujo de crédito que está virtualmente paralizado. De todos modos, el índice bursátil madrileño arrojó ayer la mayor caída de su historia al hundirse 9,1 por ciento. Los papeles bancarios fueron incluso los más perjudicados por la incertidumbre financiera.

La administración de Rodríguez Zapatero aprobó ayer un rescate de 30.000 millones de euros. Ese fondo, financiado con emisión de bonos del Tesoro y que podrá extenderse hasta un máximo de 50.000 millones, comprará por medio de un sistema de subastas “activos españoles de calidad” a los bancos. El salvataje será para todas las entidades en dificultades y la intención es que los bancos reinyecten después el dinero fresco que conseguirán en el paralizado circuito del crédito para las familias y las empresas.

El gobierno desbloqueará una primera partida de 10.000 millones de este fondo que será temporal. El fondo acrecentará la deuda pública en unos tres puntos hasta 41,5 por ciento de su Producto Interior Bruto. Sin embargo, el gobierno espera sacar beneficios de la operación. Los activos que busca comprar son esencialmente créditos inmobiliarios sanos que serán transformados en títulos negociables. Estos ofrecerán una rentabilidad superior al costo de emisión de los bonos del Tesoro, según explicaron las autoridades.

A pesar de la medida, todos los valores del panel líder de la Bolsa de Madrid se desplomaron. Especialmente los bancarios que cedieron hasta 11,9 por ciento, como en el caso del Santander, y su principal competidor, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, que perdió 11,4.