La ingeniería montada en el ex Renatre para distribuir recursos con contratos millonarios a empresas tercerizadas tienen un denominador común. La alianza política y empresaria entre el Momo Venegas y Eduardo Duhalde. El ex presidente y su mujer, Hilda Beatriz González, fueron desde 2004 hasta 2007 los máximos responsables de Finca Las Casuarinas, cuya actividad principal era la construcción y reparación de edificios no residenciales. Los Duhalde ocuparon los cargos de presidente y director suplente hasta 2007, cuando cedieron sus lugares a Leonardo Lavanda y Elba Araceli de Robles (Boletín Oficial 01/06/2007). Ambos son los responsables de Gregard, la empresa que recibió del ex Renatre 10 millones de pesos en 2010-2011.

Elba Araceli de Robles está vinculada también a una serie de empresas relacionadas con la obra social del gremio de los peones rurales (Osprera). Una de ellas es Bungard S. A., presidida desde 2011 por Miriam Ethel García. Esta compañía había sido contratada por Uatre para realizar auditorías médicas en Osprera. García y Robles fueron socias en las empresas Romitel S. A. (negocios inmobiliarios urbanos y rurales, loteo de campos), y Vieja Granja S. A., radicada en Necochea, el pago del Momo Venegas. Esta empresa también tuvo entre sus directivos a Matías Ciccimarra, uno de los fundadores de Trivio, otra de las empresas beneficiadas.

Elba Araceili de Robles también fue dueña de Nosir S. R. L., una empresa de medicamentos. También integró la empresa Analía Haj Yahía, empleada de Osprera. Tanto Nosir S. R. L. como Bungard están bajo investigación en la causa de la “mafia de los medicamentos” a cargo de Norberto Oyarbide. La dueña de Gregard también fue socia, junto al arquitecto Roberto Omar Rago, de la compañía Mocamp S. R. L. Los investigadores sospechan que puede ser un acrónimo de Momo Campos.