“Hay tumbas sin nombres y hay nombres sin tumbas. Como una suerte de parábola. Que los que desaparecieron no permiten que los que tienen nombre tengan tumbas. Hoy ellos tienen tumbas, pero no les pueden poner su nombre”, señaló ayer la presidenta Cristina Fernández. Estaba comentando una nota publicada en Clarín, en la que narraba cómo las tumbas donde están los restos de los genocidas Emilio Massera y Jorge Rafael Videla no están identificadas con sus nombres por el rechazo social y de los trabajadores de los cementerios. La Presidenta apuntó que a 500 metros del lugar donde están enterrados ambos dictadores se encuentran los restos del ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz. “El verdadero poder descansa con su nombre, a ellos los usaron y hoy no pueden tener sus nombres en las tumbas”, dijo. “Muchos dirigentes, incluso de partidos democráticos, creen que el establishment los acaricia, pero después cuando no sirven más los condenan, los archivan, porque no los quieren.” Finalmente, CFK les pidió “a todos los argentinos que no nos equivoquemos nunca más, porque si no, nos puede pasar que nos quedemos sin nombre”.