El fiasco del domingo santafesino dejó a Mauricio Macri con un fastidio que se notó, incluso, en sus cuidadas frases destinadas a los socialistas. Más allá de los estados de ánimo, la frustrada puesta en escena del candidato presidencial con un gobernador electo a su lado ya está teniendo consecuencias internas. El pase de factura va dirigido a los estrategas de la estrategia “PRO puro”: el consultor ecuatoriano Jaime Duran Barba y el secretario general Marcos Peña. Otros sectores, como el del ministro de Gobierno, Emilio Monzó, habían propuesto peronizar la campaña y fueron desoídos. El resultado –evalúan algunos macristas de paladar negro– es que se le dio la oportunidad a Omar Perotti de morder parte de los votos que Miguel Del Sel tuvo en 2011.

Los datos duros están sobre la mesa. Más allá de las modificaciones que podrían surgir del escrutinio definitivo, lo cierto es que el candidato a gobernador Miguel Del Sel obtuvo cerca de 70 mil votos menos en estas elecciones que en 2011 (pasó de un 35,2 por ciento ese año a un 30,58 por ciento en estas elecciones). Además, fue el que menos votos sumó desde el recuento definitivo de las PASO provinciales a la elección general (Del Sel sumó 19.744 votos; Miguel Lifschitz, 25.265; Perotti, 166.696). Estos números están sobre la mesa de quienes delinean la campaña nacional del macrismo.

El líder del PRO esperaba anunciar el domingo que el macrismo era un proyecto que trascendía la General Paz, que tendría su primer gobernador y continuar esa racha hacia las elecciones porteñas, donde el candidato Horacio Rodríguez Larreta es el favorito. Por eso, viajó Macri, que no suele ir a donde va a perder, como ocurrió en Salta donde dejó solo a su candidato. Sin embargo, el festejo del domingo se aguó con un resultado ajustadísimo a favor de Lifschitz. En lugar de un Macri festejante, los estrategas del PRO se tuvieron que contentar con un Macri rezongante que le espetó al gobernador Antonio Bonfatti que no cometa “picardías”.

Esta situación impacta sobre la discusión preexistente en la mesa chica del PRO, entre la línea aperturista –que buscaba sumar más peronismo– y la de los “PRO puros”, que sostienen que la estrategia tiene que ser una campaña “toda amarilla”. Entre los primeros, están Monzó y el presidente del PRO, el peronista Humberto Schiavoni, quienes habían trabajado en un acuerdo con un sector del massismo y también empujaron para que se sumara el ex gobernador Carlos Reutemann, quien recién se mostró en la última etapa de la campaña santafesina. También están entre los que pugnaron para armar el frente Cambiemos con los radicales y con Elisa Carrió.

Entre los “PRO puros”, están Duran Barba y Peña, quien cada vez suena con más chances para ser el candidato a vicepresidente de Macri. Son los que cortaron de cuajo la estrategia de Monzó de negociación con los adláteres de Massa. Ahora los macristas sólo podrían aceptar a los massistas sin Massa, si su líder decidiera tirar la toalla. Duran Barba, en particular, se opuso a las alianzas con radicales y lilitos y convenció a Macri de que cualquier tipo de acuerdo con Massa lo desperfila.

Según dos fuentes con acceso a la cúpula macrista, Peña y Duran Barba fueron los más afectados por el fiasco del festejo del domingo en Santa Fe. “Hubo un susto con este resultado. Están revisando la estrategia”, confió una alta fuente del PRO. “Está en crisis la campaña totalmente”, señaló otra fuente con llegada a la mesa chica. Otros dirigentes son menos alarmistas e incluso aquellos que empujaban para una apertura mayor de las fórmulas y las listas se muestran hoy escépticos sobre la posibilidad de que haya una verdadera revisión de la estrategia.

“Monzó quería peronizar, pero no participó de la campaña de Santa Fe”, indicaron sobre los pases de factura que comenzaron en las líneas internas del PRO. Una peronización de la campaña tal vez –sólo tal vez– hubiera ayudado a detener el crecimiento que tuvo Perotti entre las PASO y la elección general. Todo indica que fue a costa de Del Sel. Los macristas que disienten con la estrategia nacional señalan que los más afectados por este resultado son Peña y Duran Barba. También son los que tienen las espaldas más amplias dentro de la mesa chica macrista. Es improbable que un resultado adverso los aleje del círculo más estrecho del aún procesado jefe de Gobierno.

Desde el sector “PRO puro” no vieron este resultado como una señal para revisar algo de la estrategia. “No teníamos previsto ganar –sorprendió uno de los consiglieri de Macri–. Así que no impacta en la campaña nacional”. Si se impone esa línea, es probable que Macri esté anunciando a Peña como su compañero de fórmula en los próximos días, por sobre la opción de Gabriela Michetti, que tiene un conocimiento mayor a nivel país, aunque ya no goza de la confianza del líder del PRO.