“Lo novedoso es que todo sigue igual, ya que llevamos 50 meses de crecimiento ininterrumpido del empleo formal, lo que muestra un perfil del mercado de trabajo totalmente desconocido (en la última década y media, aproximadamente), en el que los puestos que se van creando cada vez son de mejor calidad”, por la formalidad y respeto por las condiciones legales de contratación, destacó Marta Novik, titular de la Subsecretaría de Programación y Estudios Laborales.

Según surge de la EIL para el segundo trimestre, el 40 por ciento de las incorporaciones del período corresponde a puestos de trabajo sin calificación, mientras que el 39 por ciento requiere calificación como operarios. Sólo el 21 por ciento restante es de la gama de técnicos (17%) y profesionales (4%).

De las bajas producidas en el período, el ministro Carlos Tomada destacó que el 51 por ciento fue por decisión del trabajador, como un síntoma del dinamismo del mercado. Pero dentro del 49 por ciento restante, en el 22 por ciento las desvinculaciones se debieron a decisiones empresarias por “disminución de la demanda y cierre de negocios o fin de obras”, más otro 12 por ciento por “razones disciplinarias e inadecuación de competencias laborales” y 5 por ciento por “cambios en la gestión y en el proceso productivo”. Por lo tanto, en el 39 por ciento de los casos, al menos, la desvinculación estaría motivada por despidos.