EL MUNDO › RUSIA SE OPONE A LA DEFENSA MISILíSTICA DE ESTADOS UNIDOS

Sin acuerdo sobre el escudo

Putin y Bush, dos mandatarios de salida, no ahorraron elogios mutuos, pero en la declaración conjunta dejaron en claro sus discrepancias. En concreto, Moscú desaprueba los planes de Washington en Europa.

George W. Bush y Vladimir Putin se despidieron por última vez con elogios, pero sin un acuerdo sobre el escudo antimisiles que Washington pretende instalar en Europa. Así lo manifestaron en la conferencia de prensa que dieron ayer los presidentes de Estados Unidos y Rusia en las orillas del mar Negro, donde lograron suscribir una resolución y no se privaron de hacer bromas. “Yo creo que se trata de un gran paso adelante”, aseguró Bush en la rueda de prensa. “Soy prudentemente optimista con respecto a un acuerdo definitivo. Creo que es posible”, le respondió su par ruso. La declaración conjunta señala que Moscú no está de acuerdo con el proyecto de escudo antimisiles, pero que está satisfecho por las medidas planteadas por Washington para superar su desconfianza.

En su encuentro en Sochi, al sur de Rusia, donde pasaron el fin de semana, los mandatarios destacaron su sólida comunicación personal. Aunque se prodigaron gestos de simpatía mutua y sellaron un último acuerdo no vinculante sobre cooperación estratégica, faltó el esperado avance en las diferencias entre ambas naciones sobre el escudo de defensa antimisiles. En concreto, acordaron reforzar las relaciones económicas, la colaboración energética, la no proliferación de armas nucleares y la lucha contra el terrorismo.

Se trata de la última reunión de Bush y Putin como presidentes, pues el jefe de Estado ruso cederá el poder el mes que viene a su delfín Medvedev y se convertirá en premier, en tanto que Bush saldrá de la Casa Blanca en enero próximo, después de las elecciones de noviembre en Estados Unidos. Tal vez por eso los mandatarios salientes prefirieron dar sus últimas palabras juntos en un clima de amistad e incluso de bromas. “Estoy feliz de que la prensa no haya visto cómo intenté bailar”, se burló de sí mismo Bush tras una cena conjunta. “Es una pena, pues bailas estupendamente”, lo alabó el jefe del Kremlin.

El futuro premier ruso reiteró su firme oposición al escudo. “Quiero que se me entienda correctamente. Estratégicamente, no hubo ningún cambio en nuestra posición con respecto a los planes estadounidenses”, dijo. Pero hubo algunos progresos positivos para Putin. Las preocupaciones de Moscú fueron finalmente escuchadas, añadió. El gobierno de Estados Unidos se comprometió a presentar nuevas propuestas que podrían aliviar las preocupaciones del gobierno ruso, concluyó. En la cumbre reciente de la OTAN en Rumania, ambos países manifestaron en una declaración interés por crear un sistema para responder a potenciales amenazas de misiles en el cual participen junto a Europa como socios en igualdad de condiciones.

Por su parte, Bush –que reconoció también las diferencias entre ambas potencias– subrayó la necesidad de trabajar juntos en los próximos meses. “Putin tiene dudas, pero cuando más claro hablemos con él, más nos entenderemos. Trabajaremos juntos y acabaremos con la amenaza del terrorismo”, dijo el mandatario norteamericano. “Rusia, como nosotros, desea implementar un sistema de defensa con el que responder a amenazas”, agregó Bush, quien espera que Rusia participe en la creación del escudo antimisiles como un socio y nunca como un enemigo.

Luego, ambos mandatarios aseguraron tener esperanzas en compartir el mismo camino en las conversaciones. La señal de diálogo que circuló en la residencia de verano de Putin fue evidente. “La Guerra Fría ha terminado”, dijo el presidente estadounidense. “Rusia no es un enemigo”, agregó.

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“La Guerra Fría terminó”, dijo George W. Bush a su homólogo ruso, Vladimir Putin.
Imagen: AFP
 
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