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Maurice Papon duerme en su casa. El ex funcionario del gobierno colaboracionista de Vichy, condenado en 1998 a 10 años de cárcel por haber orquestado la deportación de 1500 judíos durante la Segunda Guerra Mundial, recuperó ayer su libertad luego de que el Tribunal de Apelaciones de París, basándose en una ley de marzo de este año, decidiera que el colaboracionista no presentaba un cuadro médico adecuado. Según las alegaciones del Tribunal, Papon, a sus 92 años, presenta “un conjunto de patologías que compromete su pronóstico vital”. El funcionado de Vichy, que entre 1942 y 1944 sembró el terror en la comunidad judía del sudoeste de Francia obtuvo así una victoria suplementaria que se agrega a su ya excepcional supervivencia política. Pese a su comprometido pasado como prefecto de la Gironda, Papon llegó a ser prefecto de París en los años 60 y hasta ministro de Presupuesto en el gobierno del ex presidente liberal Valery Giscard D’Estaing (1974-1981). Fue con ese titulo que viajó a la Argentina en plena dictadura militar del general Videla para ultimar los entretelones de la venta de material militar y negociar la nunca obtenida liberación de los desaparecidos franceses.
En su nuevo fallo, el Tribunal de Apelaciones de París no siguió los lineamientos de la Fiscalía General. Hace unas semanas, la Fiscalía había considerado que la liberación de Papon podría “provocar y reactivar disturbios excepcionales del orden público”. El mismo ministro de Justicia francés Dominique Perben declaró ayer que el fallo del Tribunal “resultaba contrario al punto de vista” de su ministerio. El nuevo veredicto de la Justicia suscitó en el país una inmensa emoción al tiempo que acarreó reacciones muy firmes. No es común que un individuo condenado por “complicidad en crímenes contra la humanidad” recobre la libertad de un día para otro. El abogado Serge Klarsfeld, presidente de la Asociación Hijos e Hijas de Deportados Judíos de Francia, “lamentó” la decisión mientras que Patrick Gaubert, presidente de la Liga contra el Racismo y el Antisemitismo, calificó el fallo como “lamentable”. Para Gaubert, “Papon hubiese merecido permanecer en la cárcel porque los crímenes que cometió son imperdonables”. Decisión “consternante” para algunos, “insulto a la memoria de las víctimas” para otros, la liberación de Papon tomó por sorpresa a los medios judiciales y los protagonistas de su juicio. El abogado Gérard Boulanger, que en 1981 y al cabo de una extensa pesquisa presentó las primeras querellas contra Papon, juzgó que la decisión del Tribunal constituía “una mera coartada médica”. El riesgo que se esconde detrás de la puesta en libertad reside en que Papon y sus abogados intenten en el futuro que se le vuelva a hacer un juicio y, por ende, que se reexamine su condena. El camino judicial para esta eventualidad quedó abierto luego de que en julio pasado la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDA) condenara a Francia con el cargo de “proceso no equitativo”. Los jueces de esta Corte, cuya sede se encuentra en Estrasburgo, consideraron que era contrario a los derechos de la defensa y a la “presunción de inocencia” que la Justicia francesa no hubiera actuado cuando se imponía el pedido de casación presentado por Papon con la excusa de que el acusado no se entregó a las autoridades en vísperas de la audiencia prevista en la jurisdicción penal de más autoridad.
Ayer, inmediatamente después de que se conoció el nuevo fallo, los abogados de Papon se presentaron en la cárcel parisina de la Santé y obtuvieron rápidamente su liberación. Ya casi centenario, Maurice Papon sigue siendo una espina en el pie de la República Francesa. Durante décadas, el ex ministro de Presupuesto gozó de altas protecciones. Su juicio requirió más de 19 años de investigaciones, avances y retrocesos.Antes de ser encarcelado en 1999, Papon recurrió a mil astucias para evitar la cárcel y hasta se fugó a Suiza para escapar a su condena.